Supongo que, como ese semestre me toca dar clase, estoy más sensible a estas cosas...pero menudo desastre de entrada que se ha marcado esta señora sobre el horror que supone usar herramientas para controlar los exámenes online...Sí, por supuesto en algunas cosas puede tener razón...y algunos casos que menciona son muy desafortunados. Aunque no todos los problemas son exclusivos de las herramientas de vigilancia online. Claramente hay unas cuantas cosas que arreglar todavía en una tecnología que está comenzando, y que, para lo bueno y para lo malo, se ha tenido que enfrentar a un período de aprendizaje excesivamente acelerado. Pero decir que con ello estamos entregando la autonomía universitaria a las grandes corporaciones me parece un poquillo exagerado.
Y además, sinceramente, creo que no termina muy bien de entender la cuestión. Porque yo sí creo que, en circunstancias como las que estamos, las herramientas de "proctoring" nos permiten garantizar que los alumnos caraduras no se aprovechen. Y esto va mucho más allá de obviedades como que lo que hay que evaluar es el pensamiento crítico y la capacidad de análisis, no la memorización (algo de lo que también pecan muchos sistemas de evaluación tradicionales). Esto depende del tipo de examen que se pone, no de la herramienta que utilizamos para vigilarlo. ¿Que sería mucho mejor que todos los exámenes fueran presenciales? Pues seguramente sí, pero...¿y si esto nos ayuda a extender la posibilidad de acceder al conocimiento a gente que no puede permitirse ir a la universidad, o a una determinada? Como decía en una entrada anterior, creo que tenemos una gran oportunidad para replantearnos muchas cosas de la educación o la evaluación universitaria. Pero matar al mensajero no me parece la mejor idea.
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