Unas reflexiones muy interesantes de Benedict Evans. Según él, la clave para predecir si algo evolucionará o no es si hay un camino razonable para ello (o más bien, la ausencia de él). Y hacer preguntas útiles.
Interesante texto sobre el devenir tecnológico. Genial la cita de Pauli.
Me viene a la cabeza una reflexión sobre la emergencia (en el sentido matemático) de propiedades nuevas en un sistema como el humano, cada vez más hiperconectado, donde la información es instantánea.
El esfuerzo (como tiempo invertido en la realización de tareas, ese gasto energético) conjunto enfocado en un fin, conllevaría de forma última el logro de lo que a priori se imagina (por ejemplo: el hombre volador). ¿Qué mueve el desarrollo de dicha tecnología hacia el éxito? Supongo que algo así como "imaginar" (por lo de magín: visualizar) el resultado final. Si es concebible, entonces el alineamiento de esfuerzos quizá sea una cuestión de timing.
Y todo ello bajo el plano moral: todo lo deseable es bueno (?), sujeto a restricciones.
Creo que el "camino" del que habla Evans se podría interpretar como una combinación de presión demográfica, imaginarios colectivos y moral. La restricción la pone el conocimiento (y de ahí el control) de las leyes de la Naturaleza, en cada lugar y a cada momento de la historia humana.
Muchas gracias por el comentario, que da también mucho que pensar, igual que el ensayo de Evans. En particular introduciendo la componente moral, tan necesaria siempre que hay que decidir. Porque, como decían Alessandro y Adela: La innovación no es buena por sí misma, sino depende de para qué la utilicemos.
2 comentarios:
Interesante texto sobre el devenir tecnológico. Genial la cita de Pauli.
Me viene a la cabeza una reflexión sobre la emergencia (en el sentido matemático) de propiedades nuevas en un sistema como el humano, cada vez más hiperconectado, donde la información es instantánea.
El esfuerzo (como tiempo invertido en la realización de tareas, ese gasto energético) conjunto enfocado en un fin, conllevaría de forma última el logro de lo que a priori se imagina (por ejemplo: el hombre volador). ¿Qué mueve el desarrollo de dicha tecnología hacia el éxito? Supongo que algo así como "imaginar" (por lo de magín: visualizar) el resultado final. Si es concebible, entonces el alineamiento de esfuerzos quizá sea una cuestión de timing.
Y todo ello bajo el plano moral: todo lo deseable es bueno (?), sujeto a restricciones.
Creo que el "camino" del que habla Evans se podría interpretar como una combinación de presión demográfica, imaginarios colectivos y moral. La restricción la pone el conocimiento (y de ahí el control) de las leyes de la Naturaleza, en cada lugar y a cada momento de la historia humana.
Enhorabuena por el blog, por cierto.
Saludos
Diego
Muchas gracias por el comentario, que da también mucho que pensar, igual que el ensayo de Evans. En particular introduciendo la componente moral, tan necesaria siempre que hay que decidir. Porque, como decían Alessandro y Adela: La innovación no es buena por sí misma, sino depende de para qué la utilicemos.
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