Catherine Wolfram nos cuenta unos resultados sorprendentes: en Kenia, el problema para electrificar zonas rurales no parece estar en la parte física (la necesidad de construir redes, microredes, o sistemas solares), sino en la financiera. Así, acuña un nuevo término "under-grid" para aquellos que, estando a distancia suficientemente corta de la red (200-600 m, en este caso), no se conectan por la forma en que se pagan los costes fijos.
Como se ve, hay muchas barreras para conseguir que los 1.400 millones de personas que no tienen acceso a la electricidad la consigan. Las buenas noticias es que cada vez hay más gente inteligente trabajando en ello (como Wolfram, o como Ignacio en MIT), y más gente con dinero interesada en el asunto. Como dice Ignacio, este tema empieza a coger velocidad de crucero.
PS: Por cierto, que en el blog de Gates también podréis leer alguna cosa de Lomborg que ya he criticado en alguna ocasión. Y aquí tenéis también el paper de Chakravarty y Tavoni sobre el impacto del acceso universal en el cambio climático. Para que no os despistéis :).
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