Eso dice esta entrada. Según prevén algunos expertos, la demanda asiática crecerá tanto en el medio plazo que el mercado del gas se hará global, porque se irá a donde encuentre precios más altos, léase Asia. Y Europa tendrá dos opciones: o competir con ese mayor precio, o aumentar su dependencia del gas ruso o argelino (que va por tubo y es menos flexible). Ninguna de las opciones es muy atractiva.
Pero claro, para que esto pase, se tiene que mantener la hipótesis básica de los entrevistados: que el GNL pase a ser la fuente de gas predominante, y por tanto capaz de marcar precio. Hasta ahora los costes de transporte del GNL eran precisamente los que hacían que los mercados de gas regionales no convergieran. Por ejemplo, el coste de enviar gas de EEUU a Europa no compensa aún el diferencial de precio existente. ¿Cambiará esto en el futuro?
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