Antonio Cabrales comienza el curso ofreciéndonos su revisión de este nuevo paper, y sus opiniones sobre la relación entre docencia e investigación. Me parecen especialmente interesantes sus reflexiones finales, porque yo al menos tiendo a pensar que no hay relación causal entre investigación y docencia, habiendo conocido ya a fantásticos investigadores con pésima docencia, y a estupendos docentes con mediocre investigación (aunque de estos menos, y sobre todo no en el postgrado). Por eso creo que debemos seleccionar a nuestros profesores bajo los dos parámetros, porque uno no explica el otro. Más bien los dos deben ser requisitos imprescindibles para un profesor universitario. Y no todo es cuestión de incentivos: el que no tiene empatía con los alumnos es difícil que la adquiera via incentivos. La vocación docente e investigadora pueden descubrirse, pero difícilmente incentivarse.
En este sentido, no estoy muy de acuerdo con su comentario sobre las mejores universidades del mundo y lo si los alumnos se equivocan o no. Al menos en algunas de esas mejores universidades que conozco personalmente la calidad docente deja mucho que desear, pero es que los alumnos no van a ellas por su calidad docente, sino por muchas otras cosas (la primera quizá el valor de su nombre); y además la calidad docente no es tan importante cuando uno tiene alumnos tan buenos, ellos aprenden solos.
En todo caso, un tema apasionante, y sobre el que ya mencioné hace tiempo un paper relacionado.
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