Ahora que comenzamos el curso, no vienen mal estos consejos, bastante sensatos, para conseguir que los alumnos lean el material antes de venir a clase (algo fundamental si queremos mejorar el aprendizaje con técnicas como la flipped classroom). No creo que sean mágicos, pero tampoco se pierde mucho con probarlos.
1 comentario:
Sigh, yo aparentemente lo hacía todo bien: la dificultad de los materiales a leer iba aumentando muy gradualmente, les explicaba a los alumnos la importancia de la preparación previa, les iba haciendo exámenes divertidos (Kahhot!) de cada capítulo según lo comentábamos en clase, y después de cada capítulo hacíamos un caso en que se resaltaba su aplicación al mundo real y moderno... Y con todo y con eso este año he tirado la toalla de los flipped classrooms y voy a volver al método tradicional de conferencia seguida de coloquio.
Para no ser demasiado cínico, simplemente los chavales cada vez llegan peor preparados, entienden menos, son menos capaces de manejar conceptos abstractos y, para rematar, tienen menos disciplina y paciencia para hacer algo que no les proporcione una satisfacción inmediata. Supongo que la cosa variará bastante en función de la carrera y de los criterios de aceptación, pero los de máster al menos me parecen más allá de toda posibilidad de recuperación. Leer algo de más de 140 caracteres es algo que simplemente está más allá de lo que están dispuestos a sacrificarse, es una batalla perdida.
Le auguro a la "civilización" basada en libros 10-20 años más de existencia. Después de eso, la "lectura" como actividad, sea de ocio o de negocio, quedará relegado como un pasatiempo excéntrico e incluso vergonzante, practicado apenas por un puñado de viejos estrafalarios a los que la gente mirará con sospecha (si es que se atreven a reconocerlo). No hará falta ni quemar los libros, como imaginaba Fahrenheit 451, porque se irán convirtiendo gradualmente en polvo ellos solitos, como los cerebros de sus últimos usuarios...
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