Hace unos días me enteré por casualidad de la repentina muerte de Alberto Godenzi, uno de los tipos con más visión y criterio que he conocido en la universidad, además de una persona excepcional. Una referencia para todos los gestores universitarios.
Tuve la suerte de intercambiar muchas ideas con Alberto en el poco tiempo en el que interactué con él, aunque desgraciadamente su muerte ha impedido que ni siquiera lográramos comenzar a trabajar en algunos de los proyectos que habíamos planteado en nuestras conversaciones. Una pena, a añadir a la de su pérdida. Ojalá que Boston College logre al menos desarrollar las propuestas que Alberto llegó a formular antes de irse.
Descanse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario