lunes, 9 de abril de 2018

Mercados de emisiones, incertidumbre e innovación

Borenstein resume bien los problemas de contar con un mercado de emisiones como única herramienta para promover la innovación en tecnologías bajas en carbono. Y es que, como bien dice, incluso aunque los precios del CO2 subieran bastante, no serían suficientes para promover la innovación, primero por los evidentes fallos en el mercado de la innovación, segundo, por la volatilidad de los precios del CO2, y tercero, por la complicada relación entre los precios del CO2 y la inversión en innovación, todo menos lineal. Su conclusión: que los mercados de emisiones están bien, pero que hay que ponerles un cap y un floor; y que la innovación hay que promoverla con otras medidas adicionales. Nada que resulte extraño a los lectores de este blog, aunque pueda parecérselo a algún teórico impenitente.

2 comentarios:

Fernando Leanme dijo...

Últimamente estoy proponiendo un concepto muy innovador: instalar un reactor nuclear al lado de una planta térmica, utilizar el reactor para generar energía que se transfiere a la planta térmica, de tal manera que el vapor se generará por energía atómica y no por energía del carbón. Esto rebajaría mucho la inversión.

Mencionar esta idea es en parte un experimento para ver cómo una idea es recibida por "él establishment". Yo he notado que la cultura europea tiende a respetar fronteras establecidas sin buena razón. Están ahí por tradición, por qué si, porque a nadie se le ocurre averiguar si tienen sentido.

Por ejemplo, leí un estudio sobre el potencial de generación eólica en España. Los autores limitaron su estudio del potencial costafuera a una profundidad de 50 metros. Pero en el Mediterráneo al sur de España hay un sector con un viento muy atractivo. Y en realidad en ese ambiente, donde las olas son bastante suaves, casi no hay diferencia entre una estructura construida para 50 metros y una para 70 metros de profundidad. El problema de un generador en ese ambiente es la oscilación de la estructura compuesta, incluyendo la sección de torre de 80 metros sobre la superficie del mar. Y eso se tiene que resolver con imaginación. Imaginación que nunca surgirá si de antemano se limita el sector donde se puede considerar hacer algo.

Pedro Linares dijo...

Fernando, no entiendo bien tu propuesta. ¿Para qué te hace falta la planta térmica?