jueves, 25 de agosto de 2016

Algoritmos para la vida

Vuelta al cole, y vuelta al blog :). Y comienzo este curso pasándoos mi revisión de uno de los libros que he leído estas vacaciones, Algorithms to live by, animado por la recomendación de Tim Harford, que luego finalmente también lo ha blogueado (aunque, sinceramente, creo que en esta ocasión su entrada no es tan clara como en otras veces, creo que trata de meter demasiados conceptos en un único articulo…).

La verdad es que el libro está muy bien, está escrito de forma clara y atractiva, y he sacado algunas ideas interesantes, tanto para la parte personal como para la profesional. Eso sí, no es un libro de decisión, sino de optimización (salvo quizá en la parte de conclusiones, en las que habla de cómo identificar la mejor solución, y sobre racionalidad).

El libro presenta algoritmos para ser más eficiente, como uno para ver cuánto tiempo debemos dedicarnos a explorar alternativas antes de tomar una decisión; o para ordenar; o para gestionar la memoria o la lista de tareas (ver más abajo). También tiene algún apartado sobre relajación (de condiciones)  o simulación muy claritos, aunque más abstractos (los primeros son más divertidos porque incluyen más ejemplos aplicables a la vida cotidiana). El último capítulo es de networking, aunque justo en este caso me parece a mí que es la computadora la que trata de replicar a los humanos…Sólo hay un capítulo que no me ha gustado, el de sobreespecificación de modelos, por lo abstracto y por lo especulativo y poco sólido.  El de teoría de juegos también me ha parecido flojillo, aunque no tanto como el otro.

En particular, el libro toca algún tema muy apropiado para comenzar el curso, como es ese tan complicado de la gestión de tareas, así que le dedico algo más de detalle en esta primera entrada.

Como bien plantean en el libro (aunque aquí lo pongo en lenguaje de investigación operativa), el problema de muchas de nuestras agendas diarias es que son un ejemplo de cola no estacionaria, en el que la tasa de llegadas supera a la de salidas (quizá porque las llegadas son infinitas). Y aumentar la velocidad de proceso para solucionar el problema hace perder precisión y foco. Los ordenadores pueden simplemente destruir lo que llega, pero nosotros no podemos…así que sólo queda reducir la tasa de llegadas: decir NO a más cosas.

Sólo cuando hemos alcanzado el régimen estacionario podemos pensar en gestionar bien lo que tenemos. Y ahí ellos proponen el algoritmo de “Tiempo de proceso más corto”, porque es el que minimiza el tiempo de espera del cliente (o del jefe). Hay que recordar que el orden en que hagamos las tareas no cambia el tiempo total para terminarlas…así que hay que buscar otro criterio, en este caso la satisfacción del cliente o de jefe. Por tanto, se trata de ir resolviendo las tareas más cortas primero, y luego las demás por ese orden. Pero esto tiene dos problemas:
- que no todas las tareas son igual de importantes, y no se trata de que, porque una tarea lleve mucho tiempo, se quede para el final. Por eso hay que dividir la importancia de la tarea (o su prioridad, según cómo queráis llamarla) por el tiempo de realización, y hacer primero aquellas para las que este cociente es mayor;
- el segundo problema es que la lista de tareas no estática, hay nuevas tareas que van llegando y tienen que incorporarse a la lista. De nuevo, se calcula la importancia dividida por el tiempo de realización, y se colocan en la lista.

¿Y si llega una tarea super-importante o super-urgente? Pues entonces se supone que tenemos que dejar la que tenemos, y ponernos con la nueva. Pero esto supone un coste de cambio, que también interesa minimizar. Aquí los autores proponen dedicar el mayor tiempo permisible a permanecer en una tarea, pero sin superar un tiempo de respuesta por encima de lo tolerable. Y mencionan sistemas como los “pomodoros”, bloquearse tiempo para terminar tareas importantes y no terminar colapsado por la multitarea y el correo electrónico.

Andrew Gelman también da su consejo (algo más amplio) sobre cómo gestionar la carga de trabajo en general. Y aquí va un video cortito sobre cómo superar el estrés, y aumentar la "banda cognitiva".


2 comentarios:

Alvaro Lopez-Peña dijo...

Interesante, gracias. Relacionado, yo me he leido "HBR's 10 Must Reads on Managing Yourself". Tambien muy relevante para estas cosas...Lo conoces? Te lo recomiendo

Fernando Leanme dijo...

El truco no es reducir el número de llegadas, sino más bien escoger lo que uno atiende y enviar el sobrante a otra persona. Si eso no es posible tienes que dar becas para estudiantes que se encarguen del trabajo más aburrido.