Antes del verano me pidieron que resumiera para el Observatorio de las Ideas este informe del Banco Mundial sobre las oportunidades de negocio en electrificación rural, aquí va un extracto del resumen:
El reto de dar energía a los que no tienen, quizá por su volumen, y por las implicaciones enormes de equidad que supone (que le dan un carácter de obligación moral), ha sido considerado siempre una cuestión pública: bajo el paradigma tradicional, son los gobiernos los que tienen que encargarse de esta cuestión. De hecho, en algunos países el derecho al acceso a la energía se recoge en la Constitución. Y además, también se ha considerado siempre imprescindible el contar con subvenciones de algún tipo, sean provenientes de los propios gobiernos o de donantes internacionales.Esta idea se reitera en esta columna del NYTimes, en el que además nos recuerdan que el abaratamiento que se está logrando en los sistemas off-grid viene de las demandas de ocio de los países desarrollados.
En este documento se plantea una visión radicalmente distinta de la tradicional: en lugar de una obligación moral a la que las instituciones públicas deben responder, el acceso universal a la energía se plantea como una gran oportunidad de negocio para la iniciativa privada, y para la que no necesariamente hacen falta subsidios públicos.
La propuesta no es nueva: como bien se recoge en el documento, existen numerosas empresas que ya están aplicando esta filosofía, y desde ella, contribuyendo a resolver este problema social desde el interés privado y la búsqueda de beneficios. De hecho, esta idea de promover la iniciativa privada para tratar de solucionar la pobreza no se limita a la energía. Este mercado “bottom of the pyramid” ya está siendo considerado muy seriamente por los emprendedores en otros sectores, como la provisión de servicios sanitarios a bajo coste, la telefonía móvil (ya muy desarrollada), la climatización, etc.
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