Porque sí, por experiencia puedo entender que parte del presupuesto de investigación se considere prescindible y falto de rendimiento, sin conexión con la empresa, etc., así que, ¿por qué no recortarlo? Vamos, que el querer que la innovación sea el motor de la economía no implica necesariamente el que haya que mantener el presupuesto público de investigación, porque se pueden desarrollar otras formas de estimularla. Pero es que, entonces, el problema no es el presupuesto, sino los que no le dan el rendimiento adecuado, así que el recorte debería venir acompañado de una reforma de las estructuras de investigación, por ejemplo. O de nuevos esquemas de estímulo a la innovación y el emprendimiento. Si no, lo único que parece es que el gobierno considera estas inversiones lo más prescindible, algo cuando menos miope (a lo mejor es que el problema es que no se sabe valorar el capital humano). Lo mismo con las universidades, con la educación básica y secundaria, la FP…O con la ayuda al desarrollo, otra de las grandes sufridoras. Sin estas reformas, no me sorprende que los mercados nos sigan dando caña. En fin, como uno es un optimista incorregible, esperemos que estas reformas lleguen, aunque sea un poco más tarde...
Los de Nada es Gratis opinan parecido (aquí más). Y en el extranjero igual: Matthew Yglesias en Moneybox, y Brad de Long en VoxEU.
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