viernes, 7 de octubre de 2011

Política industrial y de innovación: ¿es mejor no tenerlas?

La verdad es que hacer buena política industrial o de innovación es muy complicado, como muestra este artículo sobre la política francesa (que seguramente se podría aplicar en gran medida a la española). Efectivamente, es difícil que no haya fallos del regulador en un tema tan incierto como este. Lo malo es que las alternativas no son mucho mejores: dejar al mercado libre puede resultar igual de mal. En este sentido, este post de Nada es Gratis no me parece especialmente afortunado: claro que ha habido errores en la política de renovables española (bueno, realmente gordos sólo con la solar, lo de la eólica no me parece que sea para protestar, visto lo que digo antes), pero es que sin política de renovables tendríamos más emisiones de CO2, menos industria eólica en España, más carbón o gas...De hecho, creo que es difícil justificar que no deba haber una política específica de promoción de renovables, como argumenta Surowiecki a propósito de Solyndra. Y es que la solución para una mala política industrial no es eliminarla, lo ideal sería tener una política industrial o de innovación correcta: que dé los incentivos adecuados, que no señale a los ganadores de antemano, que no se convierta en un chiringuito de subsidios sino que tenga fecha de caducidad...Más aún en el campo energético, en que parece imposible pensar en una mercado totalmente libre, vista la historia de subsidios para el carbón, la nuclear, el petróleo. Así que no hay que simplificar el debate: no es política sí o no; sino buena política y no mala política.

NOTA: Los americanos, que sí tienen políticas públicas de investigación, parece que son que mejor resultado obtienen, según este estudio. De hecho, es allí donde se están dando los mayores avances en tecnologías energéticas, como estas del hidrógeno. Será cuestión de imitarles en lo bueno.


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