El otro día contaba en mi curso de Métodos de Decisión que, habitualmente, dedicamos demasiado tiempo a problemas de decisión con muy poca importancia. Parece que el problema está en nuestro cerebro, que nos engaña:
si algo nos parece complicado, dedicamos mucho tiempo a tomar una decisión, aunque sea muy poco relevante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario