El fin de semana, hablando con amigos sobre el informe Draghi mientras caminábamos por el monte, discutíamos acerca de si Europa realmente sería capaz de recuperar su competitividad perdida alrededor de la transición energética, teniendo en cuenta que, en algunas tecnologías como los electrolizadores o las baterías la batalla ya parece perdida. Yo argumentaba que, en algún campo como la ingeniería de los procesos industriales como el acero o la química todavía podríamos tener opciones. Pero que siempre será complicado competir en costes laborales o en empuje con otras economías mucho más activas, y en las que la protección del medio ambiente o de las personas no es tan prioritaria.
En ese sentido, creo que seguir incidiendo, como piden en el European Environmental Bureau,
en que la competitividad no puede ser el único objetivo sino que éste debe ser la protección de las personas y el medio ambiente puede ser peligroso. Primero, porque creo que realmente no son todos objetivos antagónicos, sino algunos complementarios: la competitividad en un mundo global es la que permite proteger a las personas, crear buenos empleos, pagar pensiones, etc. La sostenibilidad bien entendida, que en mi opinión, debería ser el objetivo último, cuenta con la innovación y la competitividad como elementos muy importantes, que deben ser equilibrados con el resto. Igual de malo es primar en exceso el crecimiento como la protección del medio ambiente.
En segundo lugar, porque se podría argumentar que precisamente la mayor calidad de nivel de vida, incluida la calidad ambiental, que disfrutamos en Europa, es una de las razones por las que ya no somos tan competitivos en los mercados globales. De nuevo, esto no es necesariamente malo, siempre que esté bien equilibrado. Y quizá no nos venga mal volver a poner el foco en la competitividad y la innovación cuando desde hace muchos años (Estrategia de Lisboa) venimos hablando de ella sin ser capaces de observar resultados...
Por eso no estoy tan de acuerdo en que la iniciativa para recuperar la competitividad perdida con EEUU o China sea una mala idea: si seguimos siendo poco competitivos, en parte por mayores costes laborales o ambientales, volveremos a plantear aranceles y demás medidas de protección, y eso sí puede crear tensiones geopolíticas. Mejor poder evitar los aranceles desde una posición más competitiva, creo yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario