viernes, 24 de mayo de 2024

Un tiempo de desconexión

Aunque esta semana aún habéis estado leyendo entradas en el blog, realmente yo ya no estaba muy activo: desde el martes estoy volviendo a hacer el Camino de Santiago, tratando de repetir el itinerario que hice hace ya 30 años.

No me he traído el ordenador, y lo de bloguear desde el móvil se me da regular. Así que, salvo que lea algo particularmente interesante, estaré bastante en silencio hasta finales de junio. Así descansáis un poco de mí :).

Nos vemos a la vuelta.

Ahora mismo (8.30 de la mañana del viernes) en el Alto del Perdón. Un abrazo para mis amigos de Acciona :). 




jueves, 23 de mayo de 2024

Las amenazas para la transición climática/energética

En los últimos tiempos cada vez se habla más de que la transición climática/energética está en riesgo. Las protestas de los agricultores europeos, las actitudes y posicionamientos de determinadas empresas, los avances de los partidos negacionistas o escépticos en las elecciones al Parlamento Europeo, o la potencial victoria de Donald Trump se interpretan como posibles barreras a la transición. ¿Son esas las únicas amenazas para una transición efectiva, eficiente y justa? Creo que hay alguna más, y en este artículo me gustaría repasarlas.

Vaya por delante que la amenaza “tradicional”, el negacionismo, al menos en su estado puro, creo que ya es marginal. Sí, todavía queda algún “chalao” que se empeña en negar la evidencia (por supuesto, no incluyo aquí a los pagados por las compañías fósiles, que son otra cosa). Pero la física y en general la ciencia del cambio climático, con todas sus incertidumbres, dejan mensajes muy claros sobre las bases físicas del cambio climático, la influencia de los humanos en él, y los posibles escenarios si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero, en particular sobre los daños que sufrirán los países más pobres, que son precisamente los que menos culpa tienen de todo esto, y los que menos recursos tienen para protegerse.

Esto, claro, no quiere decir que todo esté resuelto o que como he dicho antes no haya incertidumbres. Sobre todo respecto a las consecuencias para los países desarrollados, cuya capacidad de adaptación es mayor. Tampoco está claro, porque es difícil que lo esté dada la incertidumbre inherente, el balance que debe encontrase entre actuar con la mayor urgencia o esperar a tratar de hacer competitivas las tecnologías que necesitamos (nótese que no son excluyentes). Más sobre esto después.

Pero, en todo caso, creo que nadie en su sano juicio (y con buen interés) puede cuestionar o cuestiona la necesidad de avanzar de forma efectiva en la descarbonización de nuestras economías. Las amenazas actuales vienen de dos posiciones más matizadas, pero que creo igual o más peligrosas que ese negacionismo cerril.

1.    El buenismo

Creo que la principal amenaza ahora mismo, aunque no lo parezca, es el buenismo. Y creo que es la más importante porque es la posición más frecuente de encontrar ahora mismo en muchos países desarrollados: le contamos a la sociedad que hay que hacer la transición, pero que no se preocupe, que no nos va a costar nada, que vamos a pagar menos por la energía, que los coches eléctricos van a ser competitivos ya, y además, que esto va a ser una fuente de empleo y de bienestar como nunca lo habíamos conocido; tras las estrategias fallidas antes como la de Lisboa, esta es la oportunidad que necesitábamos en Europa (o en EEUU) para recuperar nuestras economías, crear empleos de calidad, trabajar menos horas, y tener mejores servicios. Y que todo esto, cuanto más rápido lo hagamos, más beneficios nos traerá. Eso sí, ni hablar de impuestos u otros instrumentos para acelerar la transición, que hacen daño: mejor ayudas exclusivamente, financiadas por más impuestos a los ricos.

Pero, de repente, los consumidores/votantes, que no son tan tontos como algunos creen, se dan cuenta de que las cosas no están saliendo como nos decían. Sí, que por supuesto que los beneficios de la transición van a compensar los costes, y sobre todo para las futuras generaciones…pero resulta que el empleo que íbamos a generar con las fábricas de coches eléctricos, o con las baterías, se lo lleva, como siempre, los chinos. Que nos venden sus coches eléctricos a un precio no tan barato (en parte porque todos los fabricantes se empeñan en vendernos SUVs que no necesitamos, pero que a ellos les dejan más margen, en parte por los aranceles que ponemos para que no se coman a la industria doméstica), con lo que sólo los más ricos se lo pueden permitir (llevándose de paso las ayudas públicas para ello). O que nos venden sus paneles solares con los que producimos una energía que resulta que no es más barata que la de la red con tantos precios cero o negativos. O que los electrolizadores con los que vamos a producir tanto hidrógeno que se lo vamos a vender a toda Europa gracias a nuestras renovables baratas (con el permiso del Norte de África, eso sí) sólo son rentables si vienen de Asia. Y esto sucede porque esos empleos de calidad que habíamos querido crear aquí son mucho más caros que los que tienen allá (y eso sin entrar en cuestiones de derechos humanos), o porque no somos tan productivos, o tan innovadores como en otros sitios.

A esto podemos sumarle que esos fósiles que nos está costando tanto soltar, como sus productores saben que van a dejar de usarse, se dejan de explorar y producir, y por tanto sus precios suben, sin necesidad de maniobras rusas. O suben simplemente porque hay un cártel que controla los precios, que cada vez lo hará más, y que lo que quiere es ordeñar la vaca lo más posible antes de que se muera, pero eso sí, de forma inteligente, no sea que los dejemos de golpe. 

A toda esta panoplia de decepciones también podemos sumarle que muchas empresas nos venden humo (el famoso greenwashing), haciéndonos creer que reducimos emisiones cuando, en agregado, no es cierto. O que incluso las políticas que nos prometen reducir emisiones (como por ejemplo las normas europeas de emisiones de los vehículos) realmente lo que hacen es generar un rebote que, al menos a corto y medio plazo, también puede aumentarlas.

Y claro, con todo esto, al ciudadano se le queda cara de tonto. ¿Nos habrán tomado el pelo?¿Será que no nos estamos enterando de algo? Pero si yo reciclo mis basuras…¿Qué es lo que está fallando?

La respuesta ante este buenismo podría ser simplemente un “vamos a hacer las cosas mejor, vamos a aprovechar las oportunidades bien, y vamos a manejar menor las expectativas”. Pero desgraciadamente los populistas de derechas son más rápidos, y le dan la vuelta y nos vuelven a vender un negacionismo reciclado o retardismo disfrazado de populismo, que es la segunda amenaza a la que nos enfrentamos, y que crece cada vez más.

2.    El negacionismo disfrazado de populismo o retardismo

Llevados de los intereses de algunas empresas, y también de la demagogia y del oportunismo político, los populistas toman las desigualdades sociales que aparecen en la transición (porque en cualquier transición siempre hay ganadores y perdedores, por supuesto, léase agricultores, chalecos amarillos, transportistas, etc.) y las usan como argumento para decir que no tenemos que ir tan rápido…Y que mejor vamos desmontando todas las políticas climáticas para no perjudicar a nuestras economías más de lo necesario. Sobre todo cuando además somos los únicos tontos del planeta, porque mira cómo los chinos o los americanos no reducen…(falso, por supuesto). Nótese que el argumento ya no es que el cambio climático no existe, o que no haya que luchar contra él (aunque, llevados por el impulso, algunos vuelven a sacar argumentos ya más que desmontados como lo del ciclo solar)…sino que el empleo es mucho más importante, y las políticas climáticas lo dañan.

Esto algunas veces se llama también retardismo (o dontancredismo): vayamos más despacio y, mientras tanto, a lo mejor mágicamente aparecen esas tecnologías que necesitamos para la transición, con las que todos seremos felices porque podremos seguir consumiendo como antes sin dañar el clima. Hay que tener cuidado con no confundir este retardismo con un cierto nivel de pragmatismo como el que plantea la carta de Larry Fink de 2024, que propone ser más pragmáticos en la transición y reconocer que los fósiles seguirán siendo necesarios durante la misma, y que quizá no sea tan sencillo ir tan rápido con las renovables.

El problema, por supuesto, es que los retardistas tampoco invierten en la innovación necesaria, ni se plantean trabajar para solucionar las barreras existentes, porque en el fondo lo que tienen detrás son o bien los intereses de los que no quieren cambiar nada, o el cortoplacismo electoral que no se atreve a tocar las narices a los votantes. Para qué meterse en líos innecesarios, ¿verdad? El problema es que esperar sólo se justifica si es para hacer las cosas mejor, no para posponerlas indefinidamente.

En cualquier caso, cualquiera de estas dos posturas simplonas, que toman por tontos a los ciudadanos y prefieren la rentabilidad electoral a corto plazo a solucionar de verdad los problemas de la sociedad, son en mi opinión amenazas severas para la transición climática. En primer lugar, porque ninguna se atreve a contar a la sociedad la verdad completa: ni los costes de actuar, ni los costes de no hacerlo. Y una sociedad que no está bien informada difícilmente actuará en la dirección correcta. En segundo lugar, porque ninguna realmente se atreve tampoco a tomar las decisiones necesarias para enfrentarse al cambio climático y dirigir adecuadamente la transición.

¿Qué hacemos entonces? 

¿Cómo se lucha contra cada una de estas amenazas? Porque la transición hay que hacerla, sí o sí…Y creo que la estrategia es la misma: en el fondo, si hacemos el buenismo más realista, avanzaremos más. Y si hacemos bien las cosas, y aprovechamos de verdad las oportunidades, nos cargamos los argumentos del retardismo. Como decía recientemente Jordi Sevilla, “el populismo surge de los decepcionados. Por eso hay que combatir al populismo con resultados, con acción política y democracia. Y eso requiere pactos y acuerdos.”

Así que creo que lo primero que tendríamos que hacer es lograr un frente común, un pacto amplio que sentara las bases sobre las que actuar. Por supuesto, a nivel europeo, pero también aterrizado a nivel nacional, regional o local. Porque no basta tener a Bruselas de poli malo, eso lo único que hace es generar más reacciones populistas antieuropeístas.

Ya, ya sé que parece un chiste hablar de consensos en tiempos de polarización o de muros…pero sinceramente, también parece un chiste (o más bien una tragedia) tratar de lograr una transformación significativa de la sociedad desde el frentismo. ¿Dónde creo que podemos encontrar las bases para ese pacto amplio, porque creo que son políticas que pueden tener un respaldo social muy amplio si se hacen bien?

•    En primer lugar, las políticas de innovación y competitividad: desarrollo tecnológico, innovación social, o capacitación para el empleo que permitan alcanzar sectores industriales, pero también residenciales y de movilidad descarbonizados y competitivos. Y además, con una característica muy importante en estos tiempo: autonomía estratégica. ¿Quién en la derecha se puede oponer a esto? Estas políticas además deben ayudarnos a generar alternativas para que la fiscalidad no nos haga tanto daño.
•    En segundo lugar, en políticas fiscales justas e inteligentes. Poca gente en Europa se opone a pagar impuestos (EEUU es otra cosa, sí). Pero resulta complicado entender que los impuestos se usen para subvencionar industrias en declive, o para ayudar a los ricos a comprarse vehículos eléctricos o autoconsumo, o para que usemos más el transporte público sin reducir el privado. Las políticas fiscales deben ir orientadas a desincentivar los comportamientos no deseados, y a compensar a los perdedores o ayudarles a convertirse en ganadores.
•    En tercer lugar, y muy relacionado con lo anterior, innovación en la financiación: muchas veces el problema para transformarnos es el acceso al capital, no la inexistencia del mismo, ni la falta de rentabilidad.
•    En cuarto lugar, acuerdos comerciales (la política climática cada vez es más política comercial) que eviten la competencia desleal asociada al cambio climático. La protección en frontera como arma puede ser una fuente de problemas, pero la creación de clubes climáticos puede verse de forma más positiva.

Por último: todo esto requiere un esfuerzo de comunicación y liderazgo muy importante. Como digo siempre, Churchill no motivó a los británicos para ganar la guerra con promesas de flores y bienestar, sino con sangre, sudor y lágrimas. Y en esto de la transición energética no hay soluciones mágicas ni sin inconvenientes. Hacen falta líderes capaces de transmitir la importancia del problema, pero también la necesidad de cambiar nuestros comportamientos innecesarios, a la vez que la confianza en que hay formas de reducir el daño o de compensarlo para los más vulnerables. Líderes que nos ayuden a gestionar bien las expectativas, y que no nos prometan lo que no es posible. Hay mucha gente ahí fuera que quiere hacer lo correcto, pero no sentirse idiota. Necesitamos líderes que representen a esa mayoría.

miércoles, 22 de mayo de 2024

Cómo reformar el sistema de innovación europeo

 Un tema ya habitual para los lectores de este blog. IFO acaba de publicar este informe con recomendaciones no muy distintas de las ya expuestas aquí en ocasiones: si queremos realmente ser innovadores, hace falta cambiar el marco institucional:


The EU is losing the global innovation race. EU industry invests less than its peers in R&D, it lags way behind in software and artificial intelligence, and its pharmaceutical component is at risk. For over 20 years the same companies, mostly from the automotive sector, have dominated EU innovation activity. We call this the middle technology trap. 

Existing EU programmes to foster innovation, including those under the heading of the European Innovation Council (EIC), are far from the gold standard – the US Advanced Research Projects Agency (ARPA) model. Their decision processes are still very political, they impose collaboration instead of accompanying them, they devote too much of their limited resources to venture capital investment rather than to supporting breakthrough innovation, and the few project managers are over-stretched. 

We propose an ARPA-style model of governance and a budget-neutral shift of resources to support high-risk, high-return projects that are far from commercial application. Project selection and management should be improved by increasing the scientific and engineering excellence of the EIC Board and by delegating more to scientists. The current venture capital activities should be outsourced to a specialised fund.

lunes, 20 de mayo de 2024

Un sistema europeo de certificación de captura de CO2

Tengo mucha curiosidad por ver qué sale de esto (porque realmente está todo por definir). Y es que certificar correctamente la captura de CO2, y más aún para algunos usos en los que la permanencia no está asegurada, es bastante complejo... 

Aquí un análisis adicional.

viernes, 17 de mayo de 2024

Sobre las bicis en París

 Estos días han salido noticias sobre el dominio de las bicis en París...pero como siempre, los titulares pueden ser algo engañosos, así que he estado buceando en el informe original. Estas son mis conclusiones:

- Sí, las bicis en París se usan más (11%) que el coche (4%). Y esto ha aumentado en los últimos años, desde un 3% en 2010. Pero:

    - París supone sólo el 20% de los habitantes de la región estudiada. Así que es una parte pequeña de la muestra sobre la que las bicis muestran este dominio.

    - Los coches ya se usaban poco antes.  De hecho, en París el modo de desplazamiento más habitual es a pie (un 44% en París), seguido por el transporte público (30%). Es decir, que el coche ya era residual antes.

    - Por tanto, la gran pregunta es si realmente la bici está sustituyendo al coche, o al transporte público...

- En cuanto salimos de la almendra central, el coche pasa a dominar al transporte público y a la bici (curiosamente, no al desplazamiento a pie).

En resumen: las bicis tienen todavía margen de crecimiento si hay políticas urbanas que las favorezcan. Pero no está claro si realmente ayudan a reducir el uso del coche, y tampoco van a solucionar el problema de los desplazamientos metropolitanos, que son los más numerosos. Hace falta más que las bicis para descarbonizar la movilidad de las ciudades.

jueves, 16 de mayo de 2024

Un juego muy interesante sobre cambio climático

Del Financial Times. Me dice Timo que no es nuevo, que ya ha habido otras versiones. Pero me ha parecido bien diseñado y realista, y que puede servir para aprender mucho sobre qué medidas funcionan y cuáles no, los trade-offs existentes, y lo que haría falta para llegar a la neutralidad en 2050.

martes, 14 de mayo de 2024

Más sobre la nueva política industrial

Hace unos días tuve la suerte de participar en un muy interesante panel sobre "Productivity challenges of the EU: Policies for a more innovative and inclusive Europe" en el College of Europe (gracias a Jorge Díaz Lanchas y Peter Claeys por su invitación y por organizarlo). Los ponentes hicieron muy buenas reflexiones sobre innovación o competitividad a escala europea, muy en la línea de lo que defienden Eickhout et al en este comentario sobre la Net Zero Industry Act recién aprobada, y sobre la que coincido que se queda muy corta.

Adjunto las notas que utilicé para mi intervención aunque realmente no son muy novedosas:

The diagnosis:

- We need to decarbonize our economy, hard and fast.
- As policy makers always tell us, the climate and energy transition also has benefits: besides from reductions in GHG emissions and other types of pollution, it can also create jobs and help us get back the Lisbon agenda, European competitiveness based on knowledge and innovation.
- However, this is only part of the story: this will of course entail costs for all (or for many). If it were easy or free, we would have done it already.
- And of course, these higher costs may result in delocalisation of industry (we can discuss about CBAM later). Transport or buildings will not be delocalised, only suffer from higher costs.
- These disadvantages have already started to be perceived by the public, used by populist parties, and created a backlash which may be seen (or not) in the coming European elections.

So, if we want decarbonization without delocalization, and without (excessive) sacrifice and backlash, we need to ensure that the benefits of the process are materialized, while the costs of it are minimized (or at least taken care of).

How can we do that? Smart industrial policy (China and the US are already engaged on it, in a not necessarily smart way, see e.g. the case of Canadian Solar). What would be the elements of a smart industrial policy? Industry needs productive jobs, competitive energy, and innovation.

- European Scale Energy Policy: current EU proposals for the electricity market are too "national". The Letta report (and us) argue that we need more European markets. More interconnection would also be welcome, but is not the only thing we need.
- European Policies for Industrial Decarbonization: Climate Strategies Package: create markets (green public procurement, standards), give certainty to investors (CfDs, CCfDs), reduce leakage (CBAM, Climate Clubs)
    - The NZIA is severely limited
- European Innovation Policy
    - This is not only about giving more money to existing institutions
    - It's about rethinking institutions: ARPA-E, Fraunhofer, Energy Innovation Hubs, etc.
    - And of course includes education and training of workers
    - European Agency for Industry: speed to deliver the funds and to monitor them

Ideally, it should be done at the European scale (Letta report). But there are tensions between the European scale required, and the local benefits (e.g. pilot projects in Sweden vs Spain). And tensions between the single market and the national budgets.

Two additional ideas:

from Rodrik: Focus on services not industry. Maybe our advantage lies in the engineering, design part, not on the manufacturing.

from Hirschman: Trial and error, sequential stages. We need innovation in innovation policy, experimentation.

lunes, 13 de mayo de 2024

Más de Milanovic sobre el decrecimiento

 Como siempre mucho material para pensar en esta reflexión en la que vuelve a la "steady-state economy" de Daly. Bueno combinarlo con esta otra entrada más antigua que ya blogueé en su momento, sobre las consecuencias distributivas del decrecimiento. Ya puestos, recupero esta entrada mía también para añadir ideas.

viernes, 10 de mayo de 2024

El debate sobre la descarbonización del ferrocarril

 En California/EEUU, pero muy representativo del que está teniendo lugar en otras partes del mundo (en las que, en general, la electrificación parece tener más partidarios).

jueves, 9 de mayo de 2024

Ralentización de las políticas climáticas?

 Eso dice Bloomberg. Aunque claro, también se podría decir que relajar o eliminar algunas políticas mal diseñadas no es necesariamente ralentizar la lucha contra el clima, sino hacerla más razonable (como lo de los subsidios indiscriminados a los EVs que ahora se están volviendo en contra). 

 En otros casos, los problemas vienen por poner objetivos y luego darse cuenta de que no se pueden cumplir (fundamentalmente por no atreverse a desplegar las políticas necesarias - ¿a alguien le suena esto?)

El cuadro del final con recomendaciones me parece bastante sensato:

ADD: Este seguimiento de la IEA de las promesas de la última COP tampoco es particularmente esperanzador.


miércoles, 8 de mayo de 2024

Farmer y la economía de la complejidad

 Interesante entrevista con J. Doyne Farmer. Por supuesto, tiene razón en que la racionalidad y el equilibrio son elementos muy cuestionables. Pero este supuestamente nuevo enfoque es básicamente Agent-Based Modeling en esteroides. Y claro, eso tiene problemas: para empezar, no estoy tan de acuerdo con él en que "la economía de la complejidad" sea más objetiva: está igualmente basada en multitud de supuestos discutibles. Con lo que, realmente, su capacidad de predicción no es necesariamente mayor. Todo depende de la calidad de los datos, de cómo de realista sea el modelo, y de cómo se interprete.

Relacionado: el experimento de replicabilidad en economía presenta buenas tasas, pero un claro sesgo hacia hinchar los resultados.

lunes, 6 de mayo de 2024