Supe por primera vez de Sheena Iyengar hace tiempo, no recuerdo si en una charla TED, y siempre había tenido curiosidad por leer su libro, con un título tan atractivo. Desgraciadamente, y quizá por gestionar mal las expectativas, el libro no me ha resultado demasiado satisfactorio.
Y no es que sea un mal libro: está muy bien escrito, contiene mucho sentido común (sobre todo en la segunda parte), algunos experimentos interesantes, y trata un tema de gran interés. Pero también tiene varios problemas, algunos muy gordos.
El primero, aunque no el más importante, es que realmente este no es un libro sobre el arte de elegir, sino sobre en qué contextos tiene sentido elegir, y en cuáles puede ser más conveniente renunciar a hacerlo. Un tema por supuesto relevante, como bien indica:
p268. In other words, choosing help us create our lives. We make choices and are in turn made by them. Science can assist us in becoming more skilled choosers, but at its core, choice remains an art. To gain the most from it, we must embrace uncertainty and contradiction.La pregunta es si realmente hacía falta un libro entero para concluir esto:
p265. It's important, therefore, that we examine our assumptions about choice and that we openly discuss how, when, and why it fall short. Only then can we begin to realize the full potential of choice. Such a conversation is also likely to raise questions about what choice is and whether we are willing to defend it to the very end.
p233. On the one hand, we're reluctant to give up choice in any situation because we believe it enables us to change and shape our lives for the better; on the other hand, we recognize from experience and perhaps from intuition that some choices, no matter which options we choose and what the outcome, will always diminish our happiness. This is true when a choice is unavoidable and offers us only undesirable options, and it is particularly true when we must think about what we cherish not in terms of worth [intrinsic] but in terms of value [exchange]De hecho, leyendo el Afterword a la edición de bolsillo (la mía) ya logras lo mismo que leyendo el libro entero. Puestos a leer un libro entero, el de Schwartz creo que aporta bastante más.
El segundo problema, y en mi opinión el más relevante, es que Iyengar me genera mucha confusión (a lo mejor es todo fina ironía que no soy capaz de captar): comienza el libro defendiendo la necesidad de tener el control de nuestras vidas, de poder elegir, y afirmando que esto es un deseo universal.
p12. The need for control is a powerful motivator, even when it can lead to harm. This isn't only because exercising control feels good, but because being unable to do so is naturally unpleasant and stressful.Pero luego, utilizando el matrimonio (convenido, como es aún habitual en la India) de sus padres como hilo conductor, nos cuenta que, realmente, esto no es tan universal, y que los contextos culturales tienen gran importancia sobre esto: según el tipo de sociedad (colectivista o individualista), según la creencia religiosa, o en el fondo, según las historias que nos contamos, resulta que, a veces, incluso en el caso más individualista, es mejor en manos de otros (humanos o divinos) las decisiones (esto de hecho ya lo inventó Schelling, aunque no lo cita). Esto hace que el libro vaya mejorando, desde ese inicio totalmente extraño (y lleno de afirmaciones más que cuestionables, como lo de que el control es lo que nos da la felicidad), a una segunda parte en la que ya parece dejar claro su planteamiento, y lo explica mejor. Eso sí, esa tensión sigue por debajo, como cuando en la p.243 dice que:
p16. People who perceive the negative experiences in their lives as the result of uncontrollable forces are at a higher risk for depression than those who believe they have control.
p21. The desire and need for choice is universal
In earlier chapters, I proposed that choice is a basic necessity for human well-being and is inextricably linked to the "unalienable Rights" of life, liberty and the pursuit of happiness. As such, choice has worth rather than value. It requires that we assign value to the options under consideration, but choice itself resists such evaluation, demanding steadfast love and loyalty. When Choice as a principle competes against choice as practice, we are torn: Should we claim and exercise our Right, or should we do whatever is right for us in the situation at hand? If lack of choice is the status quo, this question might never come up. But if others have choice when we don't, or if a choice we currently have is threatened with elimination, our hackles are sure to rise. Then the balance usually tips in the favor of Choice as principle, and regardless of the consequences, we insist on our Right to choose. This means that trying to spare people from difficult choices may produce adverse effects.Por último, sobre todo la primera parte está llena de bullshit (por otra parte algo habitual en los libros escritos en esa década, es revelador que la autora agradezca a gente como Gladwell o Lehrer...). Cita todos los estudios psicológicos ya demostrados falsos o no replicables (no podía faltar el del priming, en el que cayó incluso Kahneman).
En resumen: no malo, pero tampoco particularmente recomendable. Mejor leer a Schelling o a Schwartz.