miércoles, 11 de octubre de 2017

El origen de la (infernal) oficina abierta

Un tema del que ya he escrito: si quieres una buena oficina abierta, hazla bien. Pero aderezado con un poco de historia, lo que lo hace más interesante.

ADD: Un análisis curioso sobre el ruido y otros factores que molestan.

1 comentario:

Fernando Leanme dijo...

Gerentes de empresas tienen la tendencia a utilizar consultores que no saben mucho del negocio en sí, y que justifican su existencia haciendo proyectos de reorganización y cambios de diseño de arquitectura. Muchas veces lo justifican con ahorros de gastos, y supuestas mejoras en la eficiencia de los trabajadores.

Sin embargo mi experiencia es que se puede rebajar gastos de oficina sin moverse a cúbiculos, y la eficiencia comunicacional surge del work flow y de la cultura. Y mucho de eso se logra reclutando y lavando el cerebro de gente joven que quiere trabajar en equipo y no esconde información.

Una observación que pude hacer en 40 años es que el nivel de seguridad de las operaciones es mucho más alto cuando no hay muchos cambios organizacionales, y cuando el personal sabe bien su trabajo y el de la gente que lo rodea. Y eso no se logra con cúbiculos. El cambio gradual debe ser parte de la cultura, pero eso debe estar bien pensado. Y nunca debe hacerse con consultores externos. Esa gente cobra muchísimo y no añade valor. Más bien lo destruyen.