miércoles, 4 de mayo de 2011
El efecto de la reducción de velocidad máxima
El otro día escribía yo de la importancia de realizar evaluaciones cuidadosas de los impactos de políticas energéticas, y justo el ministro Sebastián viene a darme un buen contraejemplo (aunque en su relativo descargo diré que esto desgraciadamente es habitual en la clase política): resulta que ahora el gobierno nos dice que la famosa medida de reducción de la velocidad máxima ha conseguido reducir el consumo de carburantes y por tanto el gasto en petróleo (en el fondo, no es que esto me sorprenda demasiado, de hecho ya lo pronosticaba cuando hablaba de la medida). Dice el ministro que esto se demuestra porque la bajada, que cambia la tendencia de los meses anteriores, coincide con la entrada en vigor de la nueva medida. ¿Y no será más bien, como también reconoce el ministro, porque a la vez subieron los precios de los combustibles? Cuidado, que no estoy diciendo que la medida no sirva para reducir el consumo. Sólo digo que hay que hacer bien las cuentas y no apuntarse tantos que no corresponden sin analizarlos bien primero.
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