En primer lugar, quería pedir disculpas por no haber blogueado nada desde ya hace bastante tiempo. Como ya sabéis, hay niña nueva en casa, y me está costando sacar tiempo para el blog: la familia y los compromisos de trabajo van primero, desgraciadamente, aunque esto me guste más que muchos marrones del trabajo.
Pero en todo caso, que mejor motivo para volver que bloguear sobre Small is beautiful, el libro de Schumacher que (al fin) me leí este verano. Como primera impresión, tengo que decir que el libro no me ha gustado tanto como pensaba. Aunque plantea temas muy interesantes, y unas cuantas ideas de valor que posiblemente fue el primero en plantear, muchas veces cae en simplificaciones o utopías excesivas que hacen perder peso a sus argumentos.
Voy a meterme primero con los puntos negativos, porque como digo fue la sensación que me dejó el libro. Luego cuento las cosas buenas que me ha aportado.
El foco principal de sus ataques es la teoría económica, sus supuestos optimizadores, su énfasis en el beneficio, etc., y ahí comienzan mis problemas. Básicamente, creo que confunde el mensaje con el mensajero. Que lo que hay sea malo no es que sea lo correcto, no basta para cargarse a la economía, sino a sus agentes. La culpa del comportamiento optimizador no es de la economía (salvo cuando se establece así en sus supuestos), sino de los agentes. Y por tanto, esto no lo arregla un cambio de la teoría económica, sino la educación (como creo que dice él luego).
En este sentido, una cuestión importante es definir los límites de la economía. ¿Por qué pretender que la economía abarque todo? La economía debe informar a la toma de decisiones y estar informada por otras ciencias, pero no sustituirlas. Desde ese punto de vista la economía hace un papel razonable, no debemos pedirle más. Sí, es cierto que algunos dan mucha importancia a la economía, y la convierten en el único objetivo…pero repito, eso no quiere decir que eso sea lo correcto. No hay que cargarse la economía, simplemente colocarla en el lugar que le corresponde, que es el que ya he comentado. Y el problema es que Schumacher arremete no contra el lugar que ocupa la economía (que sería lo razonable, en mi opinión) sino contra la ciencia en sí misma…
Relacionado con esto, él plantea que hace falta un cambio en la ciencia económica, lo que él llama Buddhist Economics, que básicamente consiste en la teoría de la suficiencia. Estoy de acuerdo con él en la idea de que el crecimiento no puede ser ilimitado (aunque los marketinianos nos quieran convencer de ello), pero para pararlo hay que poner fines, objetivos. Y, ¿quién los pone? ¿La sociedad, un planificador central?¿Cómo llegamos a ello?¿Cuál es el patrón óptimo de consumo? Podría ser el sostenible, pero no necesariamente…Hay gente que habla de suficiencia, pero luego se va de vacaciones en avión a Canarias. ¿Es eso suficiente?¿O excesivo?
Más cosas con las que discrepo: es claramente partidario de las fronteras, de la balcanización. Está en contra de la urbanización masiva, aunque, como sabemos, los centros urbanos (aunque alienantes, al menos para mí) son mucho mejores para el medio ambiente. Su defensa de las cooperativas: por mucho que nos gusten, pocas han funcionado…
En resumen, creo que su propuesta es muchas veces simplista: válida para una situación de crecimiento cero de la población quizás, pero no para la realidad. Y de hecho, creo que no tenía razón en su diagnóstico. Más bien, es la propia economía, contra la que tanto se metía, la que está llevándonos a las soluciones que él proponía.
En cuanto a lo bueno: lo primero es el mensaje del libro, que creo que, si uno no se mete en los detalles, es bueno y apropiado. Lo segundo, el gran valor que da a la educación. Lo tercero, la importancia que da al fondo moral que debe guiar nuestras decisiones (y que no siempre se sigue, cuando la gente se obceca en la economía y se olvida del resto – que no es culpa de la economía, sino de los obcecados). Y qué decir de su crítica de la moda, de la que ya he blogueado yo también…:-).
Para terminar, algunas citas que me gustaron mucho:
- Education is the most vital of resources
- Education can help us only if it produces whole men
- The future cannot be forecast, but it can be explored
- It is dangerous to mix business and politics. Such a mixture normally produces inefficient business and corrupt politics.
- The value of technology utterly depends on the ends it serves.
Y por si quedan dudas: creo que vale la pena leerse el libro. Pero no tomárselo todo al pie de la letra.
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