Tengo que decir que me da mucha pereza comentar las nuevas ideas del Gobierno para luchar contra la crisis energética. Ya he dado mi opinión sobre lo que me parecería más apropiado en varias ocasiones.
Pero esto de seguir bajando el IVA me parece ya excesivo: si sabemos que el impacto es mínimo para las empresas (para las que el IVA es neutro), y que la medida es regresiva en términos absolutos, porque los que más se benefician de ella son los que más electricidad consumen (que no son las familias vulnerables). Sí, ya sé que algunos me dirán (correctamente) que como el porcentaje del presupuesto familiar que va al gasto de electricidad es mayor en las familias vulnerables, la reducción del precio de la electricidad (vía IVA) supone un mayor cambio porcentual en el gasto para los vulnerables. Pero esto es cierto en términos relativos, porque hablamos de porcentajes. En términos absolutos, como digo, el que más se beneficia es el que más consume, y el que más puede consumir. Y en este caso la medida absoluta es muy importante.
Entonces, ¿por qué seguimos insistiendo en ello?¿De verdad tiene esto tanto rédito electoral, que parece ser la motivación para sacarlo ahora? ¿Seguro que no tendría más rédito, además de ser mucho más eficiente y justo, seguir recaudando el IVA establecido, y con el exceso de recaudación dar ayudas focalizadas a las empresas y familias vulnerables, tal como nos recomiendan desde todas las instituciones nacionales e internacionales?
Porque además esta medida lo que supondrá es un aumento del consumo de electricidad (los hogares vulnerables pueden no tener mucha elasticidad, pero los otros sí), y combinada con el tope al gas, un aumento de la demanda de gas. No parece la medida más apropiada en estos momentos, la verdad...
Y mientras, con este tipo de políticas, es difícil que mejore la desigualdad galopante que tenemos en España.
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