No son buenos tiempos para la lírica. Tratar de aprobar incrementos de ambición climática en el Parlamento Europeo nunca ha sido tarea fácil. Ya hace meses algunos parlamentarios nos confirmaban que la única forma de aprobar la reforma del ETS, la inclusión del transporte y los edificios, o la nueva fiscalidad, era aprobando primero el Fondo Social. Pero en la situación que vivimos ahora, con los precios de los combustibles disparados, es difícil que la industria vaya a aceptar además una retirada acelerada de la asignación gratuita de los permisos de emisión como la que se proponía en la reforma del ETS o en el CBAM. Si a eso se une que la propuesta aprobada por el comité de medio ambiente para el CBAM no soluciona el problema de las exportaciones, ni tampoco el resto de los problemas de la propuesta europea, no sorprende que la mayoría haya rechazado la propuesta, aunque unos por exceso y otros por defecto.
La cuestión, claro, es cómo salir de este impasse. Yo, sinceramente, veo complicado encontrar consensos alrededor de políticas que no terminan de proteger a la producción doméstica y a las exportaciones del dumping. Haría falta volver atrás y reconsiderar opciones que ya hemos planteado desde la Climate Friendly Materials Platform: una accisa que permita su desgravación a los exportadores y que impida las estrategias para evitarla por los importadores.
En cuanto a la reforma del ETS, igualmente es difícil regular sólo con palos y sin zanahorias. Retirar los permisos tiene sentido, por supuesto, para recuperar la señal de precio del CO2, un elemento absolutamente esencial para descarbonizar. Pero a la vez es imprescindible ayudar a la industria a transformarse. Porque sí no, la reducción de emisiones de la industria vendrá asociada a la desaparición de la misma. Hacen falta más zanahorias pues, además de un buen CBAM: contratos por diferencias de carbono, por ejemplo, que cada vez se están haciendo más populares.
ADD: Me manda Pablo Pintos este update, parece que hay acuerdo. Y el acuerdo incluye una exención a las exportaciones! Aunque se dice que la Comisión tendrá que evaluar la compatibilidad con la OMC, y dado que no es compatible, parece simplemente una patada hacia delante...
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