Ya decíamos en nuestros escenarios energéticos que había que tener cuidado con la biomasa: ayuda a reducir emisiones de CO2 en determinadas circunstancias, pero puede empeorar otros problemas. Y no sólo directos: para mí, el principal riesgo de los cultivos energéticos está en el uso indirecto de la tierra (ILUC), en cómo puede terminar deforestando zonas sensibles. Por eso, cuando se incluye en planes como el PNIEC, hace falta subrayar la sostenibilidad integral de su producción y logística considerando los efectos indirectos. No basta con un origen certificado, o con agricultura sostenible: si esa biomasa certificada ha desplazado otros cultivos, que a su vez van a cultivarse en zonas deforestadas, no hemos arreglado nada...
Otra cosa, claro, son los residuos, ahí sí que puede compensar aunque sólo sea por solucionar el problema sanitario. Y en este ámbito parece haber un potencial enorme.
ADD: Me manda un buen amigo, experto en el tema, estas dos notas adicionales:
Justo esta mañana la Comisión Europea acaba de adoptar el acto delegado sobre los criterios de ILUC de la Directiva de renovables. Ahora el Parlamento Europeo puede objetar. Debido a las elecciones tiene pocas semanas para ello.
Este acto delegado establece qué materia prima es de alto riesgo de ILUC: solo el aceite de palma. Y también los criterios de certificaficación de biocombustibles con bajo riesgo de ILUC (los cuales podrían contar para el objetivo de renovables).
Por otra parte, parece que va a los tribunales el considerar la biomasa forestal como renovable.
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