Eso es lo que
nos cuenta Lucas Davis: que el aparente cambio de comportamiento respecto a la conducción de las nuevas generaciones se explica más por los factores económicos que por un cambio cultural real. Aunque yo creo que hacen falta estudios más detallados a escala menor, para entender, por ejemplo, si esto también depende de la disponibilidad de alternativas tipo car-sharing, si es un fenómeno generalizado o asociado a las ciudades, etc.
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