La tesis del libro es que podemos convertirnos en mejores personas al tomar decisiones que nos llevan por ese camino. Pero, y aquí está la clave del asunto, esto plantea una importante cuestión: si ya tenemos la semilla de ser mejores dentro (en cuyo caso, realmente no estamos cambiando), o si realmente podemos aspirar a ser mejores sin serlo de origen. La autora defiende lo segundo, que, aunque sin tener información, ni razones, ni valores completos, sí podemos aspirar a conseguir ser mejores basados en algo que sólo entendemos parcialmente. Y esto se consigue trabajando en ello, "siendo" esta nueva persona. Así adquirimos estos nuevos valores y nos hacemos mejores de forma totalmente responsable.
Yo reconozco que no termino de estar convencido de que los valores que queremos desarrollar no estén ya, de alguna forma, sea psicológicamente o fisiológicamente, dentro de nosotros, y no fuera, como ella argumenta. No sé por qué insiste en decir que el aspirante no sabe lo que está haciendo. Yo creo que sí que lo sabe, otra cosa es que no sepa exactamente qué esperar de ello.
En todo caso, y quizá porque el libro está algo fuera de mi liga, mi forma de leerlo fue intentar traducir algunas cosas a disciplinas más cercanas...y en algunas partes no es complejo, porque ella hace referencias explícitas a la toma de decisiones, o al papel de los educadores:
Sobre la teoría de la decisión:
Decision theory lies at the intersection of philosophy and economics, and is concerned with rational preference-structures and rational choice. It is the job of decision theorists to articulate a procedure for deliberating well between any set of options. They explain how one makes the right decision. But are there choice situations for which no procedure can, in principle, be supplied?
Y sobre el papel de los educadores, parte del principio de que la ambición, tal como ella la entiende, no es buena en todas las circunstancias, porque no expande los valores personales, y por tanto puede reforzar los "malos valores". Lo verdaderamente positivo es la aspiración, la fuerza que hace que mejoren nuestros valores. Hace falta una combinación de ambición y aspiración, pero siempre que no pese demasiado la primera. Y ahí es donde dice que convertir la ambición en aspiración es una de las tareas fundamentales de cualquier educador (ella dice que sobre todo de los filósofos socráticos). Además, los que aspiran son mucho mejores alumnos (porque quieren aprender) que los que ambicionan (que sólo quieren conseguir).
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