miércoles, 24 de noviembre de 2021

El papel del cambio de comportamientos en la lucha contra el cambio climático

Hace unos días me preguntaban en la radio por el papel de los comportamientos individuales en la lucha contra el cambio climático. También es un tema sobre el que hablé (indirectamente) en el curso de verano organizado por BC3, o sobre el que Gernot Wagner ha publicado recientemente su opinión en The Economist.

En general, y más allá del efecto tractor que cita Gernot, las estimaciones sobre el papel que puede jugar el cambio de comportamientos son relativamente modestas (aunque necesarias). Por ejemplo, la IEA en su último World Energy Outlook estima que pueden contribuir a un 4% de reducción (más en países desarrollados). Por sectores, los cambios en la velocidad de conducción o en el uso de vehículos en ciudades (no sólo quitar los de combustión, también compartir desplazamientos) podrían reducir un 15% las emisiones del transporte; o la gestión correcta de los termostatos en edificios podría reducir un 10% sus emisiones. En aviación, el reducir la movilidad lograría reducir un 40% las emisiones del sector. El reciclado de materiales como los plásticos también conseguiría reducciones significativas. 

Lograr estas mismas reducciones sólo con tecnología requeriría velocidades de despliegue poco creíbles, o inviables. Y si no logramos cambiar los comportamientos, nos enfrentaríamos a crecimientos de la demanda de electricidad (3,5%) o de biomasa (3%), lo que explica quizá por qué muchas empresas insisten tanto en la importancia de la tecnología :).

La cuestión, por supuesto, es cómo lograr esto: al final de la entrada los expertos de la IEA ofrecen ejemplos exitosos de las distintas políticas que se pueden utilizar.

ADD: Por supuesto, y como bien recuerda David Robinson en Twitter, otro comportamiento que importa es el activismo, para convencer a los gobiernos para que implanten las medidas adecuadas. Eso sí, debe ser un activismo bien informado...


No hay comentarios: