viernes, 27 de noviembre de 2020

¿Funciona de verdad el teletrabajo?

Interesante podcast de Hidden Brain con Nicholas Bloom, uno de los investigadores del teletrabajo. Muchos lugares comunes al principio, pero al final se pone más divertido, cuando comienzan a concretar conclusiones.

La fundamental es que esto del teletrabajo no es la solución universal: primero, la gente tiene distintas situaciones familiares, y eso puede hacer que le vaya bien el teletrabajo o no; segundo, el tipo de tarea también importa: según la tarea, el teletrabajo puede ser más productivo (hasta un 30% más en algún experimento) o menos; tercero, los mejor formados van a tener siempre más posibilidad de teletrabajar. 

Bloom propone dejar que la gente elija, y que experimente. Pero en todo caso, sí cree que el COVID ha ayudado a romper muchos prejuicios contra el teletrabajo como forma de escaquearse. Y que seguramente un 20% del teletrabajo (frente a un 40% durante la crisis) se mantenga después. Y posiblemente de forma mixta: yendo un par de días físicamente, y haciendo el resto desde casa. [Me parece entender que Tim Harford, en este artículo posterior, viene a decir algo parecido]

Conclusiones sensatas, que por supuesto dan lugar a bastantes más preguntas. Por ejemplo (mencionada por ellos), ¿cuál es el futuro de las ciudades y los edificios de oficinas? Parece que lo lógico sería que todas las ciudades con centros de trabajo (downtowns) fueran evolucionando más hacia el perfil de las ciudades europeas. Pero también tendría sentido, en mi opinión, que ya no tuviera tanto sentido vivir y trabajar en grandes ciudades: es mucho más barato irse fuera (y por tanto las empresas pueden pagar menos salarios), y además ganas en calidad de vida. Siempre que haya buenas comunicaciones para ir un par de días por semana como mucho, ¿qué sentido tiene vivir en Madrid o Barcelona, y no en Zaragoza, Segovia, Toledo, Ciudad Real, o incluso Alicante o Valencia, a un ratito en AVE? 

En este sentido, yo creo que el teletrabajo y la digitalización sí pueden ser buenas oportunidades para la España vacía, siempre, claro, que las empresas se den cuenta de las ventajas que tiene esto. Y ahí no termino de ser tan optimista. El otro día, en un evento de la Cátedra de Industria Conectada, Fernando Abril-Martorell pareció dar a entender que el futuro de esa España hay que buscarlo en la agricultura, y no en las grandes empresas. Ya sé que no tiene sentido poner unos altos hornos en Segovia, pero, ¿qué impide a INDRA irse para allá?

Relacionado con lo anterior: hay empresas que no sólo no se dan cuenta de las ventajas de salir de las grandes ciudades, sino que tampoco entienden que la mayor flexibilidad que da el teletrabajo puede ir en su beneficio (no sólo en términos de mayor productividad, sino también de reducción de costes al necesitar menos espacio). Y se empeñan, incluso en circunstancias como las actuales, en seguir pidiendo que todos sus trabajadores asistan presencialmente. Creo que esto es un problema terrible de confianza: creen que todos sus trabajadores les van a tomar el pelo si les dejan teletrabajar (algo que para empezar no puede pasar si los trabajadores están bien dirigidos y evaluados). Y esa falta de confianza, que rápidamente es devuelta por los trabajadores en forma de falta de compromiso, se suma a lo anterior, creando mayores costes aún para esta postura anticuada. Y que como digo parece que no va a aprender nada de la crisis....

3 comentarios:

Ender dijo...

Hombre, sin negar del todo la tesis de la salida de empresas de la gran ciudad, veo dos problemas:
1) Hay bastante literatura sobre las ventajas de los clusters empresariales-industriales, que generalmente siempre se dan en grandes ciudades o sus cercanías.
2) ¿Las comunicaciones? Hoy por hoy los atascos de entrada desde cualquier pueblo de alrededor de Madrid son iguales o mayores que moverse por el interior... (aunque si es para venir sólo dos días podría compensar)

Pedro Linares dijo...

Gracias, Ender. Tienes toda la razón en el valor de las ciudades como polos de innovación, y de hecho varias veces lo he comentado en el blog. Pero mi propuesta trata de ser coherente con esto: no se trata de poner una empresa en mitad de la nada, sino de generar estos clústeres en más sitios que las grandes ciudades. Aquí las universidades también podrían jugar un papel importante, como en el caso de Cambridge.

Alvaro Lopez-Peña dijo...

Gracias. Reflexiones: 1) Asumen las empresas costes del teletrabajo (sillas, electricidad, internet, pantallas)? Véase ultimas novedades legislativas; 2) Hay un interesante podcast the The Economist hace un par de meses sobre este mismo tema "Out of office—how will covid-19 change the world of work?" https://www.economist.com/podcasts/2020/09/28/out-of-office-how-will-covid-19-change-the-world-of-work
Buen finde