Según este editorial de Nature, sí. Lo que pasa es que su argumento principal es que el COVID-19 hace casi imposible cumplir con los objetivos a tiempo. Y a mí ese argumento no me convence: el COVID es coyuntural, no estructural. Puede ser que retrase la consecución de los objetivos, pero no lo imposibilita esencialmente. Por tanto, puede ser que haya que retrasar la fecha, o, como dicen en Nature, cambiar el enfoque, pero no deberíamos abandonar los objetivos, porque son esenciales para tener un mundo más justo.
De hecho, lo que tenemos que hacer es redoblar los esfuerzos, usando en parte los fondos de reconstrucción. Como dicen aquí Sachs et al, los ODS son una buena guía para usar estos fondos. En el editorial sí mencionan que hace falta más dinero, y que hay que desacoplar el crecimiento de los objetivos...algo que efectivamente es deseable, aunque no necesariamente en los países más pobres.
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