Algo muy importante, dado que parece que cada vez nos enfrentamos a una mayor incertidumbre. Incertidumbre radical, según algunos. Y dado también que esa incertidumbre nos produce mucho estrés, y que la toleramos cada vez peor. Esto explica por ejemplo que tendamos a hacer más caso a politicuchos que dicen tonterías y mentiras, pero muy seguros de sí mismos; en lugar de a los que, sensatamente, no pueden evitar trasladar la incertidumbre que nos rodea (desgraciadamente, no parece haber muchos que sepan trasladar la incertidumbre y a la vez generar confianza).
La sabiduría evidentemente ayuda a gestionar la incertidumbre...pero sabios hay muy pocos. En este artículo nos recomiendan algunas prácticas que pueden ayudar, aunque también requieren cierta templanza de espíritu y sabiduría previa. La más importante en mi opinión: entender y aceptar que, cuando hay incertidumbre, no hay ninguna solución óptima, y que lo normal es equivocarse.
En Quartz también han sacado un especial al respecto, con buena pinta, pero desgraciadamente restringido a suscriptores.
Mientras tanto, y por nuestra parte, desde la Cátedra BP hemos lanzado una nueva tesis doctoral en planificación robusta: cómo tomar decisiones de inversión de la mejor manera posible frente a esa incertidumbre. Iremos informando de sus avances.
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