Hace unos días hablaba con una persona del sector de la automoción sobre la tendencia del sector a hacer coches cada vez más pesados (con mayor valor añadido, y mejor rentabilidad para el fabricante), que se está acentuando con la llegada de los coches eléctricos. Como bien señala este artículo de Bloomberg, es muy difícil encontrar utilitarios eléctricos, entre otras cosas porque el diferencial de precio con el eléctrico es pequeño en un coche de alta gama, pero grande en un utilitario. Y el problema es que, si queremos reducir emisiones, el espacio urbano ocupado por el coche, el daño a los peatones, etc., lo que necesitamos son más utilitarios, y no menos. Y por mucho que los consumidores los demanden, no creo que los fabricantes los vayan a hacer si no se les incentiva (o desincentiva a seguir con los SUVs).
Muy relacionado: este relato revisionista del aparente éxito de Noruega con los coches eléctricos, en el que incide en lo que no ha ido bien: la desigualdad, la competencia con el transporte público, la movilidad en las ciudades...y que a pesar de todo sigue recordando que los incentivos funcionan. El final del artículo es un buen resumen: los coches eléctricos no arreglan todos los problemas del transporte.
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