martes, 3 de junio de 2025

El potencial de la captura directa de CO2, y el famoso informe Blair

 Hace unos días, escuchando este episodio de Redefining Energy, me sorprendió la vehemencia con la que los participantes atacaban a Vaclav Smil y a la captura de carbono, supongo que en parte como reacción al informe Blair, pero también constatando la realidad de la captura, a la que aún le queda mucho (tiene paywall, recomiendo archive.ph).

A Vaclav, la verdad, le tengo mucho respeto y admiración, así que estos ataques me hacen ponerme un poco a la defensiva. Y si además atacan indirectamente (por su visión sobre el potencial de la captura directa) a otro investigador como Greg Nemet, a quien también tengo en muy buen lugar, pues la cosa me escama.

Así que me puse a leer los artículos de los que hablaban:

- El artículo de Barnard es interesante, y lleno de cosas ciertas (para mí la más importante es que el mercado de la captura es totalmente político, no como el de la FV), pero creo que se equivoca en una cosa: la reducción de costes de la fotovoltaica no fue lineal (sí, ya sé que ajustamos curvas de aprendizaje lineales, pero eso es sólo un ajuste). Precisamente como muy bien explica Nemet en su libro (citado arriba), la reducción de costes se debió a muchos factores, y fue muy pequeña durante muchos años en los que la demanda crecía y crecía (los tiempos en los que Alemania, España o Chequia financiaban esta demanda). La gran revolución sólo vino cuando se empezaron a fabricar a gran escala las obleas de polisilicio grado solar. Antes de ella, la FV no reducía sus costes al 20% (y tampoco tenía la "autonomous, self-sustaining market demand" que dice Barnard)

 

Meter en el mismo saco a la nuclear (como también hacía el libro del otro día) tampoco tiene sentido: la nuclear ha visto como sus costes aumentaban no por cuestiones tecnológicas, sino políticas. 

En todo caso: sí, la captura directa tiene más elementos complejos que resolver, pero eso no significa que la ciencia de materiales todavía nos pueda traer alguna sorpresa. Y claro, si lo único que hacemos es, como dice Barnard:

Policymakers and investors should limit current DAC involvement strictly to research and development, aiming to improve technology performance, reduce energy requirements, and better understand realistic long-term potential. Public spending on commercial-scale DAC deployment or infrastructure is premature and risks locking in inefficient, high-cost solutions before cleaner, lower-cost alternatives are fully exploited. 

Pues entonces podremos esperar lo mismo que de la FV si no hubiera habido políticas de apoyo: aún seguiríamos con costes no competitivos.

- El de Liebreich en cambio es bastante peor. Tiene razón al desmontar los argumentos del Blair como no hechos, sino proyecciones...pero luego cae en las mismas simplificaciones. Muchos de los argumentos que hace sobre la captura o la nuclear se podrían haber aplicado a las renovables hace años. Y afortunadamente no les hicieron caso. Su conclusión es esencialmente correcta, pero lo podría haber dicho bastante mejor.

Otra de las cosas que también me sorprendieron bastante fue esta afirmación de Barnard:

[Vaclav Smil and] The Tony Blair Institute is making the same mistake. They claim energy use has always gone up during energy transitions, calling them “additions,” while ignoring that we no longer burn whale oil in lamps. The primary energy fallacy is the big one.

Pues claro que hay que tener cuidado con la falacia de la energía primaria, y utilizar mucho más la energía final como medida más ajustada de la transición. Pero eso no cambia el que, por ahora, la transición energética siga siendo una de adición, no de sustitución (véase mis reajustes en la cita anterior para ver que la cosa no cambia mucho a corto plazo cuando pasamos a final). Para que realmente haya sustitución tiene que empezar a bajar el uso de fósiles, falacia o no falacia.

Por supuesto, nada de esto quiere decir que comparta el diagnóstico del famoso informe Blair. Como bien cuentan Cristóbal et al en su libro, ya tenemos suficientes tecnologías probadas como para poder avanzar mucho, sin tener que de repente descartarlas y apostar todo a otras más inciertas. Eso sí, creo que Barnard y Liebreich caen en el mismo error, una excesiva simplificación. Esto no va de FV vs captura directa, como parece interpretarse de cualquiera de las dos posiciones antagónicas, quizá en parte porque piensan mal, con razón, de la otra parte: que el dinero que vaya a una no irá a otra.

Esto va de que tenemos que empujar lo más posible lo que ya tenemos, pero ir preparando lo que nos puede hacer falta si realmente queremos evitar las peores consecuencias del cambio climático. Y la captura nos puede hacer falta. Y si "sólo" cuesta entre 150 y 250$/t, eso es bastante menos que el coste marginal del CO2 que prevemos para 2040 y 2050 (aquí Liebreich sí creo que acierta bastante, aunque sólo referido al sector eléctrico).

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