La verdad es que siempre es un gusto volver a Boston y a MIT-CEEPR. Aunque como bromeo siempre, internet mató los sabáticos, el poder venir a MIT, y hablar en persona con los investigadores de aquí es un regalo que agradezco profundamente.
Y siempre hay más tiempo para avanzar en cosas pendientes cuando hay menos reuniones presenciales :)
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