Una aproximación bastante equilibrada al asunto, que ha vuelto a salir a resultas de lo de Harvard (aunque realmente es una cuestión muy distinta, en mi opinión).
Las conclusiones que creo importante sacar:
- primera, que esto es algo que ni mucho menos afecta a la mayoría del mundo académico. Como dice uno de los entrevistados, puede afectar a un 2% de los artículos. El problema, como siempre, es que basta un caso, y más aún asociado a un profesor de prestigio, para que parezca que todos somos así. Mi experiencia personal es que, efectivamente, hay casos así, algunos menos graves (como poner de autor a alguien que no se lo merece, sin pagar) y otros más graves. Pero que, efectivamente, son más las excepciones que la regla.
- segunda, que los incentivos no ayudan, más bien estimulan a esos minoritarios sin una ética profesional bien establecida a liarla.
- tercera, que las universidades deberían hacer mucho más por cortar estos casos de raíz, con la misma severidad con la que castigan a los alumnos que no cumplen con los estándares. De hecho, a veces es la misma universidad, con sus políticas, la que alimenta estas tentaciones...
No hay comentarios:
Publicar un comentario