Curioso análisis que dice que, por el hecho de ser urbanos, locales, etc, estos huertos no tienen por qué reducir la huella de carbono con respecto a las grandes explotaciones. Incluso, puede multiplicarla por 6. Me recuerda a este otro artículo que venía a decir algo similar. Y que me sorprendió más aún después de leer (por fin, tras mucho tiempo) The Omnivore's Dilemma, en el que se defiende (aunque con bastante sentido común) este tipo de cosas. El libro, por cierto, me ha gustado mucho y me ha dado mucho que pensar.
Pero como siempre, todo depende de las circunstancias, porque lo que también cuenta el análisis es que todo depende de cómo se hagan las cosas, y que si se hacen bien, sí se puede reducir la huella de carbono. Además de por supuesto lograr los beneficios para el suelo, para los animales, y para nosotros, adicionales a la reducción del CO2.
Así que la lección fundamental es que todo depende de cómo se haga, y no tanto del titular populista habitual.
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