No se si consuela o no (a lo mejor sólo a los tontos), pero es triste ver cómo los problemas que observamos habitualmente en la regulación energética también aplican a otros sectores energéticos o a los alquileres. Es descorazonador constatar cómo casi nadie defiende al consumidor y contribuyente...y cómo muchas veces es ingenuo confiar en la capacidad del regulador para maximizar el bien común.
Hay dos razones fundamentales para este tipo de problemas, bien apuntadas en la reflexión sobre los alquileres: Primero, el desconocimiento del público y la carga ideológica; Segundo, el poco interés de los gobernantes por sacar de este desconocimiento, dado que es mucho más sencillo darles gusto y hacer las cosas mal.
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