Reconozco que mi relación (por supuesto, no personal :)) con Steve Levitt ha tenido altibajos. Disfruté mucho Freakonomics (recuerdo leerlo en Boston en mi sabático, y empezar gracias a él a descubrir un nuevo aspecto de la economía), pero a la vez también he sido bastante crítico con su influencia sobre la disciplina, ya que hizo que, durante un tiempo, casi todos los estudiantes de doctorado estuvieran buscando ese experimento natural con el que hacer competencia a Levitt, sin centrarse en entender los fundamentales de la teoría, tan necesaria para explicar las cosas (o para buscar nuevas teorías). También creo que sus aproximaciones, a veces, eran demasiado sensacionalistas y poco matizadas. The Economist acaba de sacar un resumen de sus problemas.
Sin embargo, cuando he escuchado entrevistas con Levitt siempre me ha parecido que tiene mucho más fondo y mucho más sentido común que lo que transmitía en el libro. Su podcast es uno de los que escucho regularmente, porque disfruto mucho con sus entrevistas. Posiblemente, porque transmiten la humildad de Levitt, y sus ganas de aprender y pasárselo bien con ello, que como sabéis para mi son las características fundamentales de un buen investigador/profesor, cualidades cada vez más escasas en este mundo que prima los egos y los vendemotos. En esta entrevista con Jon Hartley, absolutamente recomendable, vuelve a ponerlas de manifiesto, y claro, no sorprende que haya decidido retirarse de la academia (con 57 años!!) para dedicarse a otras cosas en las que cree que tiene más capacidad de hacer un mundo mejor, en lugar de perder el tiempo con las bajezas habituales de la vida académica (y que, tengo que decir, yo tengo la suerte de no sufrir tanto en el IIT).
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