Severin Borenstein nos demuestra que no hay ninguna razón ya para conservarlas, y eso que utiliza un precio de la electricidad inferior al nuestro:
- en poco más de un año se ahorra la inversión de las LED que las sustituyen
- o, dicho de otra manera, mantener las incandescentes nos cuesta dinero todos los días que lo hagamos.
¿A qué esperáis? Yo ya hice el cambio hace un par de años...
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