Uno de los puntos que enfaticé el otro día en el Foro de Fiscalidad de EsadeEcPol es que necesitamos atacar el problema del peso de los coches. Esto no es nuevo: ya hace tiempo que defendemos la necesidad de contar con una señal que desincentive la compra ce vehículos cada vez más pesados, por todos los problemas que suponen. Justo estos días, de forma muy oportuna, Hannah Ritchie actualiza las cifras y el análisis y nos muestra cómo la cosa no mejora, sino todo lo contrario (algo fácil de entender a la vista de los incentivos actuales para los fabricantes).
Gracias a Natalia Collado por la pista.
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