Considerar los efectos del ciclo de vida del producto es fundamental para tratar de minimizar el impacto ambiental, y a veces da lugar a resultados contraintuitivos, como que la biomasa pueda ser más contaminante en ocasiones que los fósiles, o como que un vaso de usar y tirar pueda ser más limpio que una taza reutilizable, en función del número de veces que se use.
Esta es también una cuestión que se ha discutido mucho acerca del coche eléctrico. Si la electricidad que le mueve no es renovable, y si no cuidamos el proceso productivo, puede ser que la cosa salga peor de lo previsto. Aunque en este informe recientemente publicado dicen que incluso aunque la electricidad sea sucia las cosas siguen siendo favorables al vehículo eléctrico, habrá que leerlo despacio (los de Bloomberg también muestran datos).
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