Uno de los mensajes que repito incesantemente en Comillas (véase el editorial del último número de nuestra revista) es que el tener que hacer sobre todo investigación financiada por empresas e instituciones no es necesariamente malo. Ya sé que no es lo habitual, y que hay muchos académicos que, tanto por su motivación personal como por los incentivos existentes, prefieren no salirse del ámbito académico.
Pero es que, haciendo de la necesidad virtud, esto nos permite, como dice siempre Michel Rivier, investigar en temas con demanda social contrastada. En los últimos tiempos, además, tratamos de hacer esto en red, para aprovechar sinergias. Y parece que no vamos en la dirección equivocada. (Tirole parece que también estaría de acuerdo).
1 comentario:
Supongo que, como en España el ambiente universitario es tan comunistoide, surge este tipo de pregunta. Yo por mi parte nunca realice mucho en cuanto a cooperación con universidades en Europa, pero si lo hacíamos con norteamericanas y canadienses. Esto podía incluir desde contribuir una beca y materiales para un candidato a un doctorado a un trabajo de investigación que duraría 5 años, con un presupuesto de millones de dólares.
A mí nunca se me pasó por la cabeza intentar influenciar los resultados. Eso sería el colmo y tremenda pérdida de dinero. Es más, no comprendo exactamente cuál es la queja. Como soy un anticomunista bien enfocado en darles un parón donde sea que los encuentro (por haber visto lo que hicieron en la URSS, Cuba y Venezuela) puede ser que esté reaccionando muy fuerte? Lo que sí puedo añadir, es que si no pueden cooperar con empresas privadas, y mantener su ética para dar resultados que no estén sesgados, a largo plazo les irá mal.
Publicar un comentario