Una entrada para reflexionar estas vacaciones, cortesía de Guiller Dorronsoro.
Perdón por salirme brevemente de los temas del blog y entrar algo en política general, pero es que a mí el tema me resuena bastante. No he pensado tanto en las consecuencias catastróficas que señalan Dorronsoro y Rodrik, pero sí que llevo bastante tiempo pensando que, si bien las soluciones populistas y la demagogia no nos llevarán a ningún sitio sensato, sino todo lo contrario, es suicida dejar de identificar y atender a las cuestiones de fondo que las han alimentado.
Mientras los partidos tradicionales sigan fijándose en los árboles y no vean el bosque, mientras que sigan atacando al mensajero, y no entendiendo que la sociedad tiene problemas: de desigualdad, de participación, de representación, de brechas generacionales, lo único que harán es alimentar aún más este tipo de peligrosos extremismos. Claro, para eso hay que dialogar de verdad, como decía Bauman, hay que tratar de ponerse en el lugar de los que apoyan estos movimientos, y analizar si somos capaces de dar respuesta a sus inquietudes desde la sensatez, pero a la vez, como dice Rodrik, dando esperanza y siendo valientes para cambiar radicalmente las cosas que no funcional. Y la verdad es que lo que estamos viviendo desde las elecciones en España, o durante las primarias en EEUU, no aporta muchas razones para el optimismo...
1 comentario:
Excelente.
Publicar un comentario