Muy interesante reseña de Justin Wolfers sobre el trabajo de Heather Sarsons acerca de los sesgos en la evaluación de mujeres en la carrera académica en Economía. La verdad es que los datos sobre cómo, en el caso de coautoría, siempre se sospecha de la mujer, son apabullantes y muy tristes.
Por supuesto, yo entiendo que el factor principal del problema es el machismo imperante todavía en todos los ámbitos de la sociedad. Pero la verdad es que no ayuda, como bien señala Wolfers, esta estúpida costumbre de los papers en economía de usar el criterio alfabético para ordenar a los autores (y que de hecho también produce otros sesgos, como los de que los autores cuyos apellidos comienzan con las primeras letras del alfabeto tiendan a ser más conocidos, sin necesariamente ser mejores). Yo al menos prefiero el sistema que se usa en ingeniería, y en el que el primer autor es el principal responsable del trabajo.
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