lunes, 14 de diciembre de 2020

Política industrial, sin la industria?

Esto es lo que parecen defender Bergamini y Zachmann: que, para evitar los problemas de "picking winners" o de mantener a los incumbentes asociados a la política industrial tradicional, se sustituya por el desarrollo de las capacidades necesarias para ser competitivos: fiscalidad, educación, o infraestructuras. Y es cierto que las medidas inteligentes en estos ámbitos pueden ayudar a desarrollar esa competitividad. Pero llevan tiempo (al menos una generación), y no garantizan la orientación hacia la transición energética que parece conveniente en estos tiempos. Por tanto, siendo buenas, y deseables en sí mismas, no son condición suficiente para aprovechar la oportunidad que ofrece la transición energética.

Para eso, en mi opinión (o en la de Rodrik, o en algunas ideas de Mazzucato), hace falta política industrial dirigida, pero de forma inteligente para evitar los problemas mencionados. Rodrik nos recuerda sus características esenciales: que haya instituciones que permitan la colaboración entre el estado y los agentes privados; que las ayudas estén condicionadas al buen rendimiento y no sujetas al capitalismo de amiguetes…y por tanto sean evaluadas rigurosamente; y que haya transparencia y rendición de cuentas. Las instituciones como ARPA-E, Catapult, etc., son fundamentales aquí. Y también caben por supuesto esquemas competitivos para asignar ayudas, a los que no se invite a los incumbentes, si ese es el problema. Porque, sinceramente, me parece que la propuesta de Bergamini y Zachmann es un ejemplo de eso que los americanos llaman "tirar el agua de la bañera con el niño dentro"

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