Según Arvind Ravikumar, los impuestos al carbono en frontera (BCA) son injustos, porque castigan a los países en desarrollo por un modelo energético que de alguna forma les han impuesto los países desarrollados. Lo malo es que tampoco tiene sentido seguir como hasta ahora, con mercados de emisiones domésticos sin BCA, porque entonces lo único que hacemos es deslocalizar las emisiones sin reducirlas. Y eso sin entrar en qué es realmente un país en desarrollo...¿lo es China?
Una opción es lo que propone el autor: ayudar a los países en desarrollo a descarbonizarse. Pero esto lleva tiempo, y mientras tanto, las emisiones no se reducen. Yo creo que tiene más sentido mantener algún tipo de mecanismo que evite la fuga de emisiones, como el BCA, o mejor, como el cargo al consumo que proponemos desde la Plataforma Europea de Materiales Amigables con el Clima, complementado con la financiación (por ejemplo con contratos de carbono) de las inversiones en descarbonización en los países que lo necesiten. El impuesto asegura que todos los productores ven la señal correcta para descarbonizar, y por tanto, como también indican en el MIT TR, extiende la señal europea a los países con los que tiene intercambios comerciales. La financiación ayuda a corregir los aspectos distributivos
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