sábado, 26 de febrero de 2011

El plan de ahorro energético del Gobierno

Hoy se han anunciado dos medidas para tratar de reducir el consumo de petróleo en España: reducir la velocidad máxima en autovías y autopistas de 120 a 110 km/h, y bajar en un 5% el precio de los billetes de tren. A partir de ese momento, la prensa se ha vuelto loca: periódicos, radios y televisiones han estado llamando sin parar toda la tarde para escuchar reacciones (incluso salimos en el NYTimes). Yo no soy un experto en todo esto, pero aún así, y después de hablar sobre el asunto un par de veces por la radio, creo que voy a poner aquí algunas ideas que se me ocurren al respecto, por si a alguien le interesan y también para tratar de ordenarlas:

- Lo primero de todo es: ¿por qué esto ahora? La crisis libia no amenaza nuestro suministro (otra cosa es que se extienda al resto de los países árabes, y eso ya sería otra cuestión...pero entonces habría poco que hacer, y en todo caso no tiene pinta todavía), y los precios del petróleo suben, pero todavía están a 120 $/bbl (en el 2008 llegó a 140$/bbl y no tomaron medidas de estas). ¿Ganas de dar un golpe de efecto?¿Aprovechar la excusa de Libia para tratar de reducir los accidentes en carretera? No sé...No digo que no venga bien esta medida (habría que ver costes y beneficios, claro), lo que pregunto es que, si es buena, ¿por qué no se hizo antes?.
- ¿Cuánto se puede ahorrar con esta medida? Según el Gobierno, entre un 10 y un 15% del consumo. Pero claro, no del consumo total, sólo del de los coches que iban antes a 120 y ahora van a 110. Habrá algunos que seguirán pasando, y sólo bajarán la velocidad en los radares; hay un gran porcentaje del consumo que no se realiza en carretera, sino en zonas urbanas o carreteras secundarias...Vamos, que si llegamos a un 3-5% ya sería bastante optimista. En todo caso, el problema es que tampoco hay datos para estimar esto, que yo sepa...
- ¿No había mejores cosas que hacer? Pues la verdad es que, para reducir el consumo de petróleo a corto plazo, hay pocas alternativas. Hay una rápida, y que realmente no implica actuación por parte del gobierno: la propia subida de precios del petróleo se encargará de hacer que baje el consumo (como ya vimos en 2008). Aunque seguramente el gobierno, si baja el consumo, se apuntará el tanto, claro...Más medidas: subir la fiscalidad del transporte, peajes urbanos; y a medio plazo: mejorar la eficiencia de los vehículos (aunque cuidado con el efecto rebote), reducir las necesidades de movilidad (con nuevos diseños urbanísticos, por ejemplo, o también con el uso de TICs). Posiblemente todas estas medidas sean más efectivas que lo del control de velocidad, pero...
- ¿Por qué esta medida y no otras? Pues yo creo que porque es una medida muy atractiva para los políticos: casi todas las demás medidas, aunque puedan ser más efectivas, tienen un coste directo y explícito para el consumidor, mientras que esto, al fin y al cabo, es un ahorro (de coste, que no de tiempo, claro). Si a ello se le suma el posible descenso en siniestralidad, pues miel sobre hojuelas. La oposición protestará, claro...pero lo hubiera hecho, y más, con cualquier otra medida que realmente redujera el consumo, creo yo (por supuesto no incluyo aquí subvenciones y demás, que realmente no reducirían el consumo sino que seguramente lo aumentarían).
- Como decía antes, esto supone un ahorro, pero no para el Estado, sino para el consumidor. De hecho, para el Estado puede suponer una pérdida de recaudación fiscal: menos consumo, menos impuesto recaudado. Y entonces, ¿qué ventaja tiene para el Estado? Si esto fuera un fallo de mercado, porque no se estuviera repercutiendo el coste de la seguridad de suministro, pues lo podríamos considerar. Pero creo que no es el caso. Puede haber otras externalidades ambientales relacionadas, pero justo estas se concentran en el uso del coche en ciudad, no en carretera. Creo que la externalidad principal aquí es la siniestralidad. Desde el punto de vista económico, el único efecto significativo para el estado de reducir la factura de las importaciones de petróleo es sobre la balanza de pagos. Pero con moneda única (que me corrijan los macroeconomistas) el beneficio real de esto debería ser muy pequeño, en todo caso habría que llegar a segundas derivadas del tipo: menos consumo de petróleo, más dinero para gastar en la economía nacional (o internacional) y para sacarla de la crisis en vez de darles pasta a los productores de petróleo (el problema es que, si gastamos más dinero, volvemos al efecto rebote).
- En todo caso, ¿de cuánto estamos hablando? Pues si el consumo de petróleo español es de 1,5 Mbd (millones de barriles-día), lo reducimos un 5%, y lo multiplicamos por 120, tenemos unos 3.000 millones de euros al año. Según el gobierno, el ahorro será de 1.500 millones, así que la reducción de consumo será aún menor del 3%, parece.
- Pero, si el ahorro es para el consumidor, ¿por qué no dejarle a él que lo haga directamente si quiere? Esta es una buena pregunta...podríamos pensar en problemas de racionalidad acotada y otros "fallos" de mercado. Pero no creo que sea el caso. Más bien creo que el transporte es muy barato, y por tanto aunque consumamos más, no compensa la ganancia de bienestar que proporciona el que el viaje sea más corto. Así que volvemos a lo mismo: lo razonable sería que el transporte pague todos los costes en los que incurre (incluyendo por ejemplo las emisiones de CO2). Y entonces lo de limitar la velocidad se haría si acaso por otras razones (otras externalidades, como el riesgo de accidente).
- Finalmente, ¿vale para algo lo del 5% de descuento en los precios del ferrocarril? Yo creo no valdrá para que los que van en coche se cambien al tren, y encima abarata el ferrocarril (sin encarecer el coche), así que al final a lo mejor hasta aumenta la movilidad y por tanto el consumo de energía...Otra cosa hubiera sido si, dejando el tren como estaba, hubieran aumentado en un 5% los impuestos a los carburantes. Pero claro, a ver qué gobierno se atreve...bajar el límite de velocidad, como decía antes, me parece mucho más fácil desde el punto de vista político.

Seguro que a alguno de vosotros se le ocurren más ideas relacionadas con este asunto, así que ánimo y a comentar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Estaba pensado justo en la medida de reducir la velocidad en las autopistas.
Hay algunos trabajos que relacionan los limites de velocidad al consumo de gasolina, pero se trata sobretodo de cosas puntuales ya que esta medida no se ha implementado (que sepa yo) a un nivel tan difundido sino en casos especiales (pienso al limite "variable" en algunas autopistas de Barcelona) y tampoco con el objetivo de ahorrar.
Pienso en dos, tres cosas que un poco contrastan.
Una es la medida con la cuál se mide la cantidad de transporte y la eficiencia.
En el marco propuesto por el gobierno la eficiencia del transporte mejoraría. Los vkm/tep
(cantidad de energía utilizada por mover un coche) mejoraría. Pero quedaría la utilidad de los ciudadanos sin variar? Esto depende de la utilidad que obtienen por hecho del llegar antes (valor del tiempo). De toda forma hay que ver hasta que punto las personas dejarían el coche para coger otros medios. Y dentro las alternativas hay que acordarse que existe el avión, que desde el punto de vista energético, representa un medio aun menos "ahorrador" (si ahorrar energía es el objetivo de esta medida). Este representaría un otro efecto rebote en el consumo de petroleo, aun que menos "visible" (y fácil sea marginal).
Lo que no veo claro es como una subida de precio del petroleo implique la necesidad de ahorro de parte de los gobiernos.

Uno de los problemas podría ser conectado con un comportamiento miope del consumidor, que no ve en la señal de precio una posibilidad futura de falta de suministro. En este caso el gobierno interviene para modificar el comportamiento del consumidor regulándolo y así poder evitar (o bajar la posibilidad de) esta situación.

El otro problema que podría surgir es más social. Si el precio del petroleo subiese demasiado, puede que algunos (sobretodo los con renta más baja)no podrían en el futuro acceder al transporte con altos precios del combustible. Bajar la velocidad significa poder bajar la demanda de combustible (con los mismos vkm), y eso tendría un efecto sobre los precios (que no subirían tanto) dejando la posibilidad que todo el mundo pueda acceder al consumo. Otra vez, los empujones globales dejarían como un efecto marginal esta medida sobre los precios, ya que solo una regulación central (á la eléctrica) de ellos podría afectarlos. Por otro lado la medida de bajar las tarifas de los trenes, desde el punto de vista social, si tendría buen efecto en el sentido "social" de acceso al servicio y "ambiental" de moverse hacía un medio con menos emisiones.

Pero hay que financiar la bajada de precio de los trenes de cercanías. Si esta bajada se traduce en reducción de calidad de servicio habría de vuelta un cambio hacía el coche. Aún que los ahorros en términos de accidentes y contaminación (los costes de los cuales son más elevados de lo que se piensa generalmente) de los coches dejados en casa compensarían los decision makers.
Como dijo bien Pedro, falta una discusión seria sobre estas soluciones, que a primera vista parecen mucho más "mediáticas" que "medidas".
Por lo menos se ha vuelto a hablar del problema del consumo de combustible en las carreteras, espero, personalmente, que no dure el tiempo de un noticiario.