viernes, 23 de septiembre de 2016

David Hone, sobre el futuro (solar) de la energía

Primero, hay que aclarar, por si no queda claro en el artículo, que David trabaja para Shell. Pero lo cierto es que, de todos los representantes de la industria fósil que he leído, él es uno de los más sólidos siempre. Así que creo que vale la pena leer los problemas que plantea para un futuro renovable, o las transformaciones necesarias. Un futuro solar que para él requiere hidrógeno y bioplásticos.

Aunque creo pues que hace muchos puntos válidos, también creo que se olvida de algunas cuestiones importantes. Por ejemplo, no habla para nada de los coches eléctricos, y de cómo podrían ayudar a dar el almacenamiento necesario (aunque por supuesto los coches no pueden cargarse por la noche, cuando no luce el sol). En este sentido, los de MIT han calculado que los coches eléctricos, por rango de km, tienen un potencial bastante mayor del que generalmente se considera, incluso en EEUU (aunque ellos sí suponen que los coches se cargan todos por la noche, algo que como digo no es compatible con una gran penetración de energía solar).

Aunque claro, puede ser que el almacenamiento no llegue a funcionar... Richard Martin nos cuenta que la cosa no va tan rápido como algunos esperaban.

1 comentario:

Fernando Leanme dijo...

No creo que ser empleado de la Shell le de un sesgo a lo que escribe. Yo he conversado con personal que tiene un trabajo parecido en otras empresas, y no les noté ni frenos ni bozales. A esa gente les pagan para investigar soluciones y honestamente ver que puede ocurrir. La diferencia con Shell es que ellos publican más, y otras empresas se lo callan porque quieren tener ventajas si ven una oportunidad para invertir.

En cuanto a este artículo en particular, tiene un par de problemitas. Primero, no es posible introducir hudrogeno en la infraestructura de gas natural. La molécula de hidrógeno es un diablo para contener porque es muy pequeña (es resbaladiza y se introduce dentro de la estructura física del acero, etc). Este problema del hidrógeno requiere una infraestructura nueva y mucho más cara.

El transporte aéreo se resuelve fácil con biocombustibles. El problema es más bien lo deformado que está el mercado por los subsidios en EEUU al etanol del maíz.

En un final el problema no es el calentamiento global. Eso es una distracción, El gran problema es el exceso de población, malos gobiernos (piensa en la destrucción que se ve en Venezuela, Yemen y Siria), y el fin de los combustibles fósiles. Este último punto es lo que lleva a estas empresas a tener gente trabajando el problema muy en serio.