Perry Sioshanshi nos cuenta tres innovaciones empresariales en energía.
La primera de ellas, OpenUtility, parece poner en práctica las ideas de Lynne Kiesling, creando una plataforma donde los agentes pueden intercambiar sus servicios a nivel de la red de distribución. Una idea muy interesante, y que lleva apareciendo desde que estamos trabajando en temas de generación distribuida y demand response. Las grandes dudas: ¿Por qué esto no lo hace el DSO, que cuenta además con más información de partida? Puede ser por la teoría de la disrupción de Christensen y la parálisis de los incumbentes...pero, ¿qué pasará cuando varias plataformas ofrezcan sus servicios? ¿Seguirá siendo entonces el enfoque descentralizado más atractivo que el centralizado, que no tiene este problema? Recordemos que, al contrario que AirBnB, Uber, etc., en este negocio de la distribución eléctrica hay detrás un monopolio sobre los cables, que tiene inconvenientes, pero también ventajas...De hecho Kiesling proponía que los distribuidores evolucionaran hacia plataformas...
La segunda, OhmConnect, es un agregador de demanda residencial. No es una idea nueva, aunque sí compleja de implementar. De hecho, justo ayer Pep Salas nos estuvo hablando de esto para España, en las conferencias de la Cátedra BP...La clave, la automatización, y también algo que ya he comentado respecto a la idea anterior y en lo que Pep hace mucho énfasis: la disponibilidad de una plataforma neutra de datos, a la que puedan engancharse todos los posibles interesados en ofrecer servicios al consumidor (en el fondo, algo parecido a las APIs que nos permiten dar nuestros datos de Google a otras apps del móvil...). El reto, lograr escala y no ser simplemente un nicho.
La tercera, muy cercana a cosas que está haciendo el IIT (Ignacio y Andrés González), es una empresa que se dedica a dar electricidad a los que no la tienen, con un modelo similar al que ha usado Acciona Microenergía y otras. A mí es la que más me gusta, la verdad...y la que más falta hace, tratando de convertir en negocio viable una necesidad social. Aunque también con riesgos: compatibilidad de equipos o con la red (si en algún momento se quieren conectar), equidad social...
En todo caso, un sector en plena ebullición. Y además, lo que me gusta de la entrada de Sioshanshi es ¡que no habla de blockchain! Y es que últimamente, cada vez que se habla de emprendimiento en energía, el blockchain aparece varias veces, como por ejemplo esta iniciativa de Axpo, de la que me enteré cuando me invitaron a hablar en su congreso anual.
Sí, lo del blockchain tiene alguna ventaja: saber de dónde viene tu electricidad, conexión local y personal, etc. Básicamente, el blockchain permite la descentralización y la personalización de la gestión. La cuestión es qué aporta (y que inconvenientes tiene) esto para el sector eléctrico. Como decía antes hablando de OpenUtility, el enfoque descentralizado en el que florece el blockchain tiene sentido cuando se explotan aspectos no económicos (confianza, ganas de consumir local, etc.). Pero, desde el punto de vista de racionalidad económica, no veo ventajas con respecto a un esquema centralizado bien hecho. Más bien desventajas si no se hace bien, explotando huecos regulatorios para aprovechar óptimos locales, si las señales no son las correctas. Una posible combinación ganadora, algo que también comentaba yo con Pep ayer, es el que los consumidores contraten PPAs con plantas renovables centralizadas (aunque locales, si ellos quieren): todas las ventajas de la producción renovable y del empoderamiento del consumidor, sin los inconvenientes del autoconsumo en vivienda. Ahí el blockchain podría ayudar a garantizar la propiedad...En todo caso, me temo que tenemos blockchain para rato.
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