La semana pasada se aprobó finalmente la Ley de Movilidad Sostenible. Y, como ya esperábamos, no creo que contribuya demasiado a descarbonizar el transporte, que sigue siendo el primer sector en emisiones en España.
La ley tiene alguna cosa buena, como la
creación del Espacio de Datos Integrado de Movilidad (buena para los
investigadores, y también para los que quieran utilizar el análisis para
hacer mejor política), aunque habrá que ver cómo se materializa. La
obligación de contar con planes de movilidad sostenible para las
municipios de entre 20 y 50k también es un paso positivo. Ahora bien,
justo estos son los que lo tienen más chungo para realmente montar
transporte público, así que habrá que ver qué se plantea en esos
planes...También está bien que se obligue a las empresas a tenerlos
(aunque yo entendía que esto ya existía, ¿no?)
Otra cosa que
también es positiva es la voluntad de descarbonizar aeropuertos y
puertos, aunque realmente esto es el chocolate del loro, lo importante
es si se descarbonizan las aeronaves o buques....Igual que lo de la
obligación de poner recarga eléctrica en las gasolineras, que puede
ayudar, pero que también puede generar costes innecesarios. Sí, ya sé
que esto es como lo del huevo y la gallina...pero lo que dicen los
informes es que el mercado por sí mismo ya está instalando más de las
que necesitamos ahora mismo...
Así que, hasta aquí, no veo nada
que pueda descarbonizar de forma significativa el sector del transporte
en España. El artículo 36 ya empieza a ser más interesante, porque se
propone un reglamento para que las empresas de transporte deban calcular
su huella de carbono, y facilitárselo a los usuarios. La información
siempre es buena, y puede impulsar algunos cambios de comportamiento
(aunque limitados, claro). Veremos, eso sí, en qué resulta este
reglamento, y si no deja demasiados agujeros...
El resto es fundamentalmente buenas intenciones, pero poco más: promoción de la intermodalidad, o nodos logísticos...En transporte público por carretera, nada de nada.Y de la reforma de las etiquetas de tráfico, tampoco nada de nada. La excusa de que no se quiere generar confusión entre los consumidores da un poco de risa, porque lo que genera confusión es seguirle dando la 0 a los PHEVs...
En resumen: que seguiremos sin políticas para bajar de forma efectiva las emisiones del transporte, al menos hasta que no se cambie el impuesto de matriculación o entre en vigor el ETS2 (ese que se ha retrasado por ahora hasta el 2028)...
ADD: Javier Campos también señala otro punto positivo, la obligatoriedad de hacer evaluaciones ex-post.
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