Alguna vez ya he
comentado en este blog que la amenaza de las políticas climáticas o energéticas para la competitividad de las empresas no parece ser para tanto como nos cuentan (los de las empresas). De hecho, ya hace tiempo
comenté los trabajos de Quirion sobre el asunto. Ahora leo que se acaba de publicar
otro trabajo para el sector aluminio donde no se encuentran evidencias de que sean los precios del CO2 los que estén contribuyendo a su declive.
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